domingo, 17 de abril de 2016

Sadie. C.1 - La muerte de la bruja (parte 4)


Sábado 15 de Agosto
Ayer Jared me llamó temprano para darme su dirección, toda la tarde fue un gran debate entre Elizabeth y Eleonor, pues mientras que la primera me decía “Ve, viste normal y ve”, la segunda replicaba “Ve y morirás”.
Creo que Eleonor es demasiado fatalista, así que escuché a Elizabeth y fui, pero a mi estilo, corsé morado, falda corta, sudadera negra y mis amadas botas.
Cada paso que me acercaba a la casa de Jared me convencía más de que no debía estar ahí, que debía ir al gato o al parque o a cualquier otro lugar. Eleonor ya no hablaba si no que gritaba “¡No entres! Regresa a casa”
Una pareja de novios fuera de la casa cesaron sus besuqueos para observarme con desprecio y extrañeza, sabía que si cruzaba la puerta habría al menos cincuenta miradas sobre mí.
-¿Qué me ven idiotas? ¿No estaban muy ocupados devorándose?
-Bruja –dijo aquélla estúpida.
Podía haberla golpeado a ella y su enclenque novio (ja, parecían un par de lesbianas) pero preferí entrar a la fiesta y limitarme a hacerle un gesto obsceno con el dedo. El ambiente era peor de lo que esperaba: demasiada gente, un asqueroso halo de humo de cigarro que inundaba todo el lugar y lo peor, música horrible.
 Recorrí con la vista el lugar justo con una mirada como la que me dirigían, de asco y desprecio; no vi a Jared. Lo que sí vi fueron a varios de esos agradables compañeros de aula.
-Eh Freak, ¿viniste a poner una bomba? -me dijo sarcásticamente uno de ellos.
-No, vine a golpear a quienes me lo preguntaran.
 De inmediato se fue. Eleonor seguía gritándome que saliera de ahí antes de que él apareciera. Contrario a eso me pasee un poco por la casa de Jared, recorriendo pasillos, subiendo escaleras, sin encontrarlo. Por desgracia encontré a Nancy.
-Por Dios Freak, aún es agosto, deberías de quitarte el disfraz de bruja y guardarlo para octubre.
-¿Agosto? ¿Entonces por qué el disfraz de zorra?
-Bruja estúpida -fue lo último que salió de su repulsivo ser antes de que se fuera indignada.
 Luego de tal encuentro regresé al barullo de gente y me senté en un sillón alejado.
-¿Las chicas góticas no bailan? No, ellas sólo hacen slam. Debe ser por esas botas tan pesadas -indudablemente era Joel.
-A las “chicas góticas” nos falta eso a lo que vulgarmente se le llama…
-¡Sentido del humor! ¿Cierto señorita Halliwell?
-Yo me refería al ritmo.
-¿Esa es tu respuesta? ¿Falta de ritmo? ¿Nada que me haga quedar como un estúpido?
-Eso lo puedes hacer tú sin ayuda, además supongo que el aburrimiento adormece mi hostilidad.
-Según veo no lo suficiente, podrías bailar conmigo y despertarla, así me pagarías el haberme llamado extraño y asqueroso.
-Grotesco, y yo no te dije así fuiste…
-Aquí está la persona que he estado buscando -dijo Jared que apareció de pronto. Tan sólo hice un gesto de saludo con la cabeza-. Ven, quiero presentarte a unos amigos.
Lo seguí y conocí a sus amiguitos, parece difícil de creer pero eran mucho más juniors que él. Lo único que hicieron esos idiotas fue darme un obligado saludo y verme con asco. Ya estoy acostumbrándome a esa mirada.
Jared no hacía más que platicar con sus amigos de estúpidas borracheras pasadas y yo me encontraba parada junto a él sin hacer nada, tal situación terminó por hartarme y salí rápidamente del lugar. Creo que oí la voz de Jared intentando detenerme pero tal vez era un truco de Elizabeth así que me fui.
Lunes 17 de Agosto
Esperaba que nadie mencionara nada sobre el sábado, tan sólo dejar ese enorme lapsus  en el pasado y seguir como si la estupidez jamás se hubiera apoderado de mí pero no fue así.
-¿Por qué te fuiste tan pronto el sábado? –me preguntó Jared en la escuela.
-No vi una buena razón para quedarme, realmente tus anécdotas no eran tan entretenidas.
-Perdón si te ignoré un poco –un poco, ¡ja!– supongo que me entusiasmo hablando con mis amigos.
-Todos los hombres son imbéciles cuando se juntan.
-¡Hey!
-Si te identificaste con la frase no es mi problema… -soy tan feliz cuando mis niveles de hostilidad son normales.
Al parecer Jared se molestó por el comentario pues no volvió a hablarme en todo el día. Como si me interesara. He estado trabajando en mi cuento, pero todas las ideas que he tenido me parecen demasiado estúpidas, demasiado simples. Y no puedo sacarme de la mente que debería incluir a Elizabeth en él.





Martes 18 de Agosto
Jared sigue sin hablarme y obviamente yo no he intentado hablarle a él. Por fin estaba teniendo una buena idea para un cuento cuando un repartidor de flores apareció de la nada en mi casa con un gran ramo de orquídeas que me parecieron negras hasta que noté que eran de un tono violáceo muy oscuro.
-Se equivocó, aquí no hay ningún velorio -me apresuré a decirle.
-Vive aquí la señorita… ¿Sadie? -iba a verificar si el nombre era realmente ese, pero antes tomé el ramo y le azoté la puerta en la cara. Creo que escuché algún gemido de dolor pero me tiene sin cuidado.
Muy raro, yo sé que muchos me desean la muerte, ¿pero gastar dinero en mí? El ramo venía con una tarjeta que decía: “Flores únicas y hermosas, tales como tú. Jared”
Extraño, yo esperaba un mensaje como “Muere de una vez, bruja” firmado por cualquiera de mis compañeritos. Guardé la tarjeta, tomé una de las flores, la olfateé y sentí el extraño impulso de mordisquearla así que lo hice. Repentinamente llegó Justina y me miró extrañada.
-¿Y esas flores?
-Son la cena -respondí y me fui a mi cuarto con mi orquídea. Alcancé a escuchar que dijo “Ahora come flores”, hilarante.
Olvidé por completo la idea para mi cuento.


Jueves 20 de Agosto
Tenía curiosidad sobre qué diría Jared acerca de su inesperado obsequio así que me acerqué a su  asiento cuando comenzó la hora del receso y todos estaban saliendo del salón.
-¿No sabes que es de mala educación regalarle orquídeas a una mujer? Claro, a menos de que le desees la muerte -le dije seria.
-Bueno, es que yo pensé que… -comenzó en tono de disculpa.
-Es broma, me gustó, me pareció original.
-¿Y qué opinas de la tarjeta? -preguntó Jared al mismo tiempo que se acercaba a mí.
-Me pareció un poco falsa, no creo que realmente pienses eso.
Acercó su rostro más al mío y me dijo.
-Claro que lo pienso –retiró un mechón de cabello que caía sobre mi rostro– tú eres hermosa.
De pronto la voz de Joel me hizo voltear.
-Si la miras tan fijamente te puedes convertir en piedra -esta vez no había rastro de humor en su voz.
-Correré el riesgo -dijo Jared antes de irse.
-No creo que Jared te convenga.
-¿Quién dijo que me interesa?
-Tu mirada. Es en serio, siempre termina tratando mal a sus novias, NO te conviene -sentenció Joel muy serio.
-No me gusta Jared, ¿y desde cuando te preocupas tanto por mí?
-Por ti no, ¡por mí! Si te hace enojar puedes empezar a matar a todos al estilo Carrie y estoy seguro de que sería el primero.
-No eres tan importante, oye Joel, tú crees que soy… ¿bella? –no sé cómo pude hacerle una pregunta tan estúpida.
-Eh…no me siento calificado para contestar esa pregunta.
-¿Por qué no? ¿No te gustan las mujeres?
-Las mujeres sí, pero no conozco los estándares de belleza de los aliens.
Le di un golpe en el hombro y seguimos platicando de cosas absurdas.

Martes 1 de Septiembre
Terminé mi cuento apenas a tiempo para entregarlo, como siempre quedó un poco confuso, un poco fantasioso y muy sanguinario, justo como me gustan. Se trata de una chica con una hermosa voz que vende su alma a Satanás, transformándose en un demonio, para vengar la muerte de su familia, lo nombré “El nacimiento de un demonio”, lo sé, soy mala con los títulos. Cometí el error de mostrárselo a Justina que a la mitad dejó de leerlo y me preguntó si de verdad me atrevería a entregar eso, me dijo que me mandarían con un psicólogo y que eso no sería mala idea.
Le arrebaté mi historia, ¡ella que sabía!, siguió con su discurso de que mejor debía hacer algo productivo de mi vida con lo que pudiera obtener dinero para la familia, sí Justina ¡me voy a prostituir a ver si eso te gusta!

Viernes 4 de Septiembre
Otro aburrido día, la mayor prueba de eso es que lo único que tengo para escribir es la conversación que tuve con Jared esta mañana.
-¿Ahora si aceptarás mi invitación a salir? Podríamos ir a un antro o a alguna fiesta -sugirió él.
-No, ya conviví con TU gente, creo que es tu turno de convivir con la mía -le contesté, como si de verdad pudiera considerar a alguien como “mi gente”.
-Quince minutos no es convivir y yo ya estuve en el “Bleeding” una vez.
-¿Más de quince minutos? Seguro te da miedo que te golpeen, no te atreves a ir -le dije desafiándolo.
-¿Eso es un reto?
-No, es una afirmación, te aterra ir.
-Nos vemos ahí a las diez.
-Llega temprano cobarde.
La gente ha comenzado a notar que platico demasiado con Jared y a uno de los idiotas, Carlos, se le ocurrió molestarme al respecto.
-Oh que tierno, Sadie está enamorada.
Me limité a darle un puñetazo en la cara, con eso bastó para que nadie más dijera nada, aunque me gané una terapia más con la directora, Rosario, hablar con ella es torturante en más de una forma, tanto por su fanatismo religioso exagerado como por el excesivo sudor que resbala por su regordete y porcino rostro.
-¿De nuevo agrediendo a tus compañeros?
-Las buenas costumbres no deben perderse.
Comenzó a darme una cátedra sobre lo malas que eran mis actitudes, los problemas que iban a causarme, que debía aceptar a Dios en mi vida para ser una persona de bien (esto fue lo más fastidioso de todo), lo bondadosa que era por no haberme echado aún de la escuela, etc., etc.
-No es correcto que una dama se comporte de esa forma -fue una de sus frases más molestas.
-Yo nunca dije que lo fuera.
-Tienes razón, estás lejos de serlo pero mientras estés en mi escuela espero que actúes como una. Quiero que le pidas disculpas a Carlos -al escuchar la última frase no pude contener mi risa.
-Eso jamás va a suceder.
-Si no te disculpas te voy a suspender el resto de la semana.
-Haz lo que quieras Chayo -odia que la llamen así, es tan divertido ver su gesto de enojo, es como observar a un cerdo haciendo muecas.
-Bien, no te quiero ver aquí hasta la próxima semana. Si continuas con este comportamiento me veré obligada a quitarte la beca y no creo que eso le agrade a tu madre.
-Da igual, a Justina nada le agrada, por cierto, es viernes Chayo.

Salí de su oficina, fui a recoger mis cosas al salón y vine al parque, sigo haciendo tiempo pero sé que en algún momento deberé de ir a escuchar otro sermón.

1 comentario:

  1. Hola Andrea un saludo enorme.
    Perdona el Spam por aqui te mande un mensaje en privado por medio de Youtube respecto una reclamación de derechos de autor espero me puedas responder por favor y podamos platicar o si me pudieras dar tu correo y poder platicar por cualquier medio posible estoy a tus ordenes.
    Disculpa el Spam es que no se por cual medio contactarte mas rapido XD.
    Un saludo enorme cactusyack

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