miércoles, 28 de diciembre de 2016

Lujuria


Esta era Luciana, tan bella como insaciable,
su obsesión con la carne era notable,
tomaba a niños, ancianos y mujeres por igual
ya fuera real o virtual.
A decir verdad no le importaba si era humano
podía usar a un caballo, un perro o un gusano,
no tenía siquiera que estar vivo
una botella o un dildo cumplían su deseo lascivo.
Esta pasión desenfrenada fue su perdición,
contempló una post mortem erección
procedió a utilizarla sin pudor alguno
sin notar que era un zombie buscando desayuno.
Así Luciana fue devorada con furia
víctima del gran pecado de la lujuria.

La navidad de Creepypasta Latino

Como cada año se debía celebrar una cena navideña en Creepypasta Latino y se elegiría al azar quien debía organizarla, la encargada de este año resultó Fairuza, ella se rehusó completamente alegando que estas fechas la ponían bastante mal y que no le gustaba ver a nadie durante ellas, sin embargo todos se negaron a repetir el proceso de elección y ella tuvo que aceptar a regañadientes. Pensó que si querían una cena navideña se las daría, pero a su manera…
Los invitó a su casa que se encontraba al sur de la ciudad, tuvo que mandar un automóvil por ellos debido a que el acceso era un poco complicado y el transporte no llegaba hasta ese punto, no les fue difícil comprender porque: no había rastro de civilización y era la única casa que había al menos en un kilómetro.
Asistieron la mayoría, a excepción de Phoenix, Iris, Joy y Mayiru, de los cuales no sabían nada desde una semana antes, probablemente evitaban sus teléfonos por pereza a asistir. Fairuza les había informado que tanto la decoración como la cena tendrían una temática gore así que no debían sorprenderse.
Entraron a la casa encontrándose efectivamente con una decoración interesante, del techo colgaban intestinos a la manera de escarcha y de ellos pendían unos ojos con leds en el iris y al lado de uno de los sillones se alzaba un hombre desnudo empalado en una larga estaca de madera con esferas incrustadas en él y en la punta de la estaca que salía de su boca (o lo que quedaba de ella pues su rostro había sido desollado) se le había colocado una estrella. Siluú se acercó a él emocionada.
-¡Qué realista! ¿Con qué lo hiciste? – preguntó a la vez que lo tocaba, mientras los demás se acercaban también.
-Tengo un amigo que es un buen artista – respondió ella orgullosa.
-Su pelo de poodle me recuerda a Phoenix – observó Oblivion – Que mal que el puto no quiso venir – todos los presentes asistieron con la cabeza.
Fairuza los invitó a pasar al comedor donde la cena los aguardaba, había diversos platillos en la mesa pero apenas los notaron debido a que en el centro se encontraba una mujer decapitada y perfectamente asada.
-¡Yo quiero sus boobs! – se apresuró a decir Kiroz y se acercó a verla.
-¿Es comestible? – preguntó Tania intrigada, ese pequeño, femenino y juvenil cuerpo le parecía extrañamente familiar.
- Por supuesto, ¡es carne! – pronunció Fairuza divertida, los invitó a tomar asiento y cortó trozos de aquel cuerpo para servírselos y ellos la felicitaron por el realismo de esa cena.
Terminaron de comer y se quedaron platicando largo rato de trivialidades hasta que su anfitriona les preguntó si querían romper la piñata, eso les pareció una idea bastante infantil y más proviniendo de ella pero accedieron; ella los llevó a su patio trasero donde había una mujer desnuda colgante con la cabeza cubierta y que tenía el abdomen cosido por la mitad.
-Tu amigo el artista tiene un problema con los rostros, ¿verdad? – preguntó Eru suspicaz.
-Es bueno con los cuerpos pero malo con las cabezas – respondió Fairuza con una sonrisa.
Bafometh fue el primero en golpear esa curiosa piñata sin conseguir liberar su contenido, luego siguió Hazuu que golpeó tan fuerte como pudo abriendo un poco las costuras y liberando algunos dulces que Miss Strange se apresuró a recoger notando que estaban cubiertos por un líquido rojizo pero hizo caso omiso de esto y los comió. Lady Astrid fue la que por fin liberó el contenido de aquel cuerpo dejando caer un montón de dulces cubiertos de una ligera capa de líquido viscoso además de lo que parecía un hígado, un corazón y un riñón; todos se abalanzaron más que nada sobre los últimos tres.
Con su dulce botín Fairuza los condujo de nuevo a la sala y les informó que les tenía algunos obsequios, los más destacados fueron: un feto bicéfalo para †, un libro encuadernado con la piel de un pecho femenino para Kiroz y unos ovarios en una lámpara de lava para Siluú. Todos quedaron bastante conformes.
Su anfitriona consideró que era tiempo de brindar así que fue a buscar vino y algunas copas al mismo tiempo que Kiroz decidió ir al baño, los restantes se quedaron observando los regalos, Bafometh tomó el libro de Kiroz y pensó que el lunar que tenía aquel pecho lo había visto en alguien más, de pronto lo recordó: Iris. Les comunicó sus sospechas a los demás, Tania comentó el parecido que tenía la cena con el cuerpo de Mayiru (aunque no explicó como es que sabía esto) y recordaron el comentario de Oblivion sobre el cabello del supuesto maniquí empalado. Salieron sigilosamente al patio y descubrieron la cabeza de la piñata antropomorfa, miraron con terror un rostro que reconocían aun con ese tono verduzco y con esa retorcida mueca de dolor, era Joy; horrorizados salieron corriendo de aquella casa.
Cuando Fairuza volvió con el vino y las copas la sala estaba desierta hasta que Kiroz salió del baño.
-¿Dónde carajo están todos? – preguntó él mientras Fairuza le dirigía una sonrisa perversa.
-No sé porque odiaba tanto la navidad, la verdad es que la estoy disfrutando bastante – dijo ella acurrucando su cuerpo desnudo junto al cadáver de Kiroz que portaba únicamente un gorro navideño y siguió mirando “Gremnlins” mientras en su chimenea colgaban las cabezas de Bafometh, Siluú, Oblivion, Eru y Hazuu.


domingo, 4 de diciembre de 2016

Un león púrpura (parte 1)

Rosalía estaba a mitad de su clase de dibujo al desnudo, la modelo del día era demasiado delgada para su gusto, no encontraba gracia alguna en dibujar un montón de tablas ensambladas.
Pero debía hacer el ejercicio ya que su distracción preferida aún no se presentaba; así que líneas emulando su cabello despeinado , líneas para sus pequeños pechos puntiagudos, líneas…
La puerta del salón se abrió y contempló a su salvación, 1.68 m. de estatura, cabello púrpura hasta la cintura y esas hermosas curvas bien colocadas, su vestimenta era simple, una camiseta con una ilustración de Blancanieves como dominatrix y unos jeans a la cadera que permitían ver sus huesos pélvicos, aquella simple franja de piel le resultaba mucho más erótica que la desnudez de la escuálida modelo.
Cuando por fin se hubo sentado, Rosalía cambió de página y se puso a dibujarla, siempre se sentaba tan alejada de sus compañeros que no le preocupaba ser descubierta. Ahora podía dejar de trazar líneas despectivamente y disfrutar dibujando, comenzó con su nariz, larga, delgada y respingada, con ese pequeño bulto en la parte superior que no conseguía disminuir su belleza, siguió con sus amplias cejas y sus grandes ojos, descendió para crear sus labios que siempre tenían ese hermoso tono rojizo, no pudo evitar lamerse los labios pensando en lo que se sentiría besarla.
Pero aquello era imposible, ella era el ser más heterosexual sobre el planeta y era tan atractiva que sobraban hombres que le asediaran. Claro que Rosalía no estaba mal, también era alta, poseía hermosos ojos, labios sensuales y un trasero privilegiado, sin embargo ella no lo creía así.
A pesar de que ninguno de sus compañeros podía ver su dibujo olvidó a otra persona en el aula.
-Esa no es la modelo –pronunció el profesor, estaba tan abstraída dibujando que no notó cuando llego ahí y sin autorización alguna tomó la libreta disponiéndose a hojearlo- Ahora veo que me ha estado engañando señorita Jiménez, estos dibujos son mucho mejores que los trabajos mediocres que entrega cada semana.
Había conseguido llamar la atención de toda la clase y caminaba alrededor del salón muy lentamente en dirección a Lilian. Rosalía suplicó mentalmente que se alejara de ella, que sólo  estuviera intimidándola y le devolviera su libreta pero contrario a eso la puso frente a la vista de Lilian.
-Es una chica bastante talentosa, ¿no le parece?
Ella sólo miró el dibujo y le dirigió una mirada penetrante pero inexpresiva, no podía saber si la odiaba, si había quedado impresionada por el dibujo o si al menos se había reconocido en él, no le respondió al profesor y él por fin le devolvió la libreta.
-La próxima vez esfuércese más en el trabajo en clase.
Ella agradeció que no hubiera añadido: "Y menos en fantasear con sus compañeras.", eso habría sido la cereza en su pastel de vergüenza. El resto de la clase le pareció eterna, intentó concentrarse en la insípida modelo pero resultaba complicado sintiendo la mirada fija de Lilian, ¿qué diablos significaba?, ¿y si quería golpearla? Por alguna razón la idea la excitó más que asustarla, el contacto físico con su musa sería un sueño hecho realidad aunque eso incluyera sus uñas desgarrando su piel...de hecho eso le resultó aún más incitante, estaba loca por Lilian.
Cuando por fin terminó la clase, el plan de Rosalía era esperar a que todos salieran del salón, se dispersaran y luego huir de la escuela, no le interesaba asistir a la siguiente clase preguntándose si los cuchicheos y las risas serían a costa suya, prefería escapar y volver el lunes, habrían tenido el fin de semana para mofarse de ella y ya estarían aburridos del tema, pero algo falló en su plan, Lilian no salió del salón.
Todos, incluyendo el profesor, habían abandonado el aula excepto por ellas, Lilian la miró profundamente y luego caminó hacia la puerta, “Sí, por favor, vete y termina con esta tortura”, pensó Rosalía, la chica de la cabellera morada cerró la puerta con seguro, la tenía acorralada, ella se mentalizó para recibir una buena paliza.
Lilian se movió felinamente hacia ella sin dejar de mirarla a los ojos, Rosalía se sentía como la presa de un sensual león morado, estaba aterrada pero no podía dejar de mirarla. La predadora se detuvo a pocos centímetros de ella.
-¿Puedo saber porque te dedicas a dibujarme?
-Yo no…no eres tú.
-¿Ah sí? –Inesperadamente tomó una de las manos de Rosalía y la dirigió a su rostro, ella no opuso resistencia- ¿No eran estos ojos, esta nariz? –preguntó mientras recorría aquella mano por lo que mencionaba- ¿Estos labios? –la textura era extremadamente suave, Lilian le dio un pequeño mordisco en el dedo índice antes de proseguir- Incluso este dije –colocó la mano de su presa sobre el dije que yacía cómodamente entre sus pechos. Rosalía ni siquiera notó cuando soltó su mano, estaba muy distraída sintiendo esos suaves montículos de piel perfecta pero en cuanto lo hizo retiró de inmediato su mano.
-Sí, eres tú…en los dibujos –que respuesta más idiota, la presencia de Lilian la reducía mentalmente al nivel de un cavernícola.
-Eso sigue sin contestar mi pregunta inicial, ¿por qué me dibujas?
-Me resultas mucho más interesante que la modelo –bien, había evolucionado al nivel de homo sapiens.
-¿Entonces es por motivos puramente estéticos?
-Sí –aquella era una buena escapatoria, sin embargo decidió arriesgarse, era ahora o nunca- No, la verdad no es el único motivo, creo que eres muy interesante y me gustaría salir contigo alguna vez.
La chica púrpura sonrió obviamente complacida con esa respuesta, era lo que esperaba.
-Lo siento Ro, no me gustan las mujeres –dijo antes de salir del salón.
            Rosalía se quedó confundida, ¿qué había sido eso? ¿Qué caso tenía provocarla para luego romper sus ilusiones? Decidió proseguir con su plan inicial y se marchó de la escuela, solo quería dejar atrás eso confuso momento y olvidarse de Lilian, ya le había quedado claro que nunca pasaría nada entre ellas.
            El fin de semana transcurrió velozmente, para el lunes ya se había signado con el asunto de la chica pelipúrpura, sin embargo ahora era ella quien la asechaba en clases, rozando ligeramente su piel siempre que tenía oportunidad, preguntando cosas al oído para luego mordisquear su lóbulo, incluso una vez manoseo uno de sus pechos pero cada vez que Rosalía la confrontaba ella respondía que había sido un accidente o que eso jamás había sucedido.
            Rosalía estaba harta así que cuando Lilian decidió palmear su trasero al final del día escolar, ella simplemente estalló, sostuvo su muñeca con firmeza y exclamó:
-¿Qué mierda quieres? Ya me dejaste muy claro que no te interesan las mujeres, ¿entonces a qué se debe todo esto?
            Con un giro de muñeca Lilian se liberó, tomó el brazo de su atacante y lo retorció tras su espalda.
-Prefiero tu actitud pasiva Ro –dijo hablándole al oído- y es verdad que no me gustan las mujeres, pero me gustas tú.
            Soltó su brazo y la besó pasionalmente sujetando su cabeza, sus labios eran aún más dulces y suaves de lo que creía y el contacto con su deliciosa lengua iba más allá de lo excitante.
-Pero no creo que puedas conmigo –se dirigió a la puerta y Rosalía la sujetó del brazo nuevamente.
-¿A qué te refieres?
            Lilian miró despectivamente la mano de quien la retenía y volvió a liberarse con facilidad.
-Voy a enseñarte a no volver a tocarme así.
            Desató hábilmente el cinturón de mezclilla que sujetaba los shorts de Rosalía y lo usó para atarle las muñecas a los tubos que sostenían la iluminación, alzó su camiseta y desabrochó su sostén liberando sus pechos, succionó uno de sus pezones y lo mordió con fuerza, siguió mordisqueando sus costillas, su cintura, mientras desabotonaba su short y lo dejaba caer, se agachó frente a su entrepierna para despojarla de su ropa interior y se puso de pie para jalar el cinturón y elevarla a un metro del suelo.
            Separó sus piernas para morder la parte interior de sus muslos, puso sus piernas sobre sus hombros y recorrió su vagina con la lengua, introduciéndola intermitentemente mientras succionaba su clítoris. Rosalía presionaba las piernas contra el cuerpo de Lilian, todo su cuerpo ardía de placer, las uñas de su compañera de clavaron en sus caderas mientras lamía su vagina con frenesí hasta que abruptamente se detuvo.
-Eso fue todo, nos vemos –dijo dirigiéndose a la salida.
-¡Hey! No puedes dejarme así. ¡Desátame!
-Hhmm…nah, ¿sabes? Creo que incluso llamaré a nuestros queridos compañeros, te ves bastante bien para un par de fotos.
            Rosalía comenzó a retorcerse desesperadamente ante la mirada divertida de su captora que caminó muy despacio hacia la puerta, el cinturón estaba demasiado apretado, ¿de verdad sería capaz de exponerla así? Lilian abrió la puerta.
-¡No! ¡Por favor no! –gimoteo Rosalía con una lágrima deslizándose por su mejilla, no podría soportar la humillación de ser encontrada de esa forma.
-Así me gustas más, Ro –dijo Lilian cerrando la puerta y caminando hacia ella- indefensa, suplicante, espero que esto te haya enseñado a no tocarme cuando no debes.
            Deshizo el nudo que sostenía a la consternada chica dejándola caer y sin pronunciar ni una palabra más se marchó del aula. Rosalía forcejeó desesperadamente hasta que logró desatar sus manos y se vistió tan rápido como pudo sin dejar de mirar paranoicamente hacia la puerta, al terminar tomó sus cosas y huyó de la escuela. No quería ver a Lilian, se sentía humillada, por fortuna no tendría que volver a lidiar con ella hasta el día siguiente, o al menos eso creía.
            Si alguna vez había pensado que las redes sociales no eran nada bueno ahora pensaba que eran cosa del demonio cuando vio que Lilian trataba de contactarla, lo primero que cruzó por su mente fue quemar la computadora y fingir demencia, pero resultaba poco práctico así que optó por ignorarla.
            Prosiguió con día sin lograr sacar aquello de su mente, ¿querría disculparse? ¿Querría seguir con ese maldito juego de provocación y humillación? Prefería no saberlo, no, no caería en la tentación.
            Decidió tomar una larga ducha y olvidarse del asunto, aún tenía el perfume de aquella mujer impregnado en la piel, el agua caliente la hizo notar los arañazos en sus caderas y lo sensibles que habían quedado sus pezones tras esos fuertes mordiscos…esos sensuales mordiscos, el contacto de su lengua, su labial rojo dejando marcas por doquier. ¡No! Por más que lo hubiera gozado la tortura psicológica no lo valía, pero…esa deliciosa lengua recorriendo su sexo magistralmente, además la había liberado después de todo.
            ¡No, no, no! No seas estúpida, se seguía repitiendo mentalmente mientras clickeaba “Confirmar” en aquella solicitud de amistad.
-¿Por qué tardaste tanto? –apareció en la parte inferior de su pantalla junto a la fotografía de Lilian- Estoy sola en casa, ven, ¡ya!
            ¡Luego del maltrato psicológico y de haberla dejado deseosa y aterrada pretendía que corriera hacia ella! No, no caería, seguramente sólo era un plan para fastidiarla de nuevo.
                                                    Lilian te está llamando
                                                      Ignorar     Contestar

            Bien…mirarla un poco implicaba que fuera a caer en sus redes de nuevo, clickeó contestar. En su pantalla apareció la imagen de Lilian que llevaba únicamente un brassiere rojo tan ajustado que sus pechos amenazaban con escapar.
-¿Entonces vienes o qué?
            Aquello era estúpido, un cuerpo semidesnudo no debería tener poder sobre ella, no podía rebajarse a ese nivel, ¡al de un hombre! Y sin embargo allá iba como un mosquito a la luz, lista para electrocutarse de nuevo; su musa púrpura le había proporcionado su dirección y a pesar de que le tomaría bastante tiempo llegar, su impulso de idiotez la alentó a continuar.
            Lilian vivía en una zona de departamentos, en el quinto piso y por supuesto no había elevador, cada escalón parecía decirle a Rosalía Detente, no seas estúpida, pero sus hormonas la mantenían caminando.
            Por fin, departamento 504, ¿debería tocar el timbre? ¿Y si abría la puerta un travesti velludo con calvicie prematura? ¿Y si sólo había viajado en vano? Su mano tomó vida propia y presionó el timbre como diciendo No seas marica. Escuchó tacones acercándose, aún podría ser ese travesti…




miércoles, 7 de septiembre de 2016

The Brothel of Paraphilias



Leonel had heard rumors about an underground brothel at the downtown, they said that in that place they performed every kind of perversions, from BDSM until cannibalism, zoo, copro, even necrophilia; of course costs may vary according to the wished perversion.

He had always been a pedophile inside, he always walks constantly outside the elementary schools watching with lustfulness to the little girls wearing their uniforms figuring up their little bodies under it, he desired so much to possess them like to killing them blows, but of course, that’s illegal. The deep web was a paradise for him, thousand of pictures of little girls naked performing sexual acts, and even some of them being battered, all of them classified by ages, his favourites was the seven years old because he thought they becoming to be a little more feminine and less babies.

That’s how he spent his lonely evening everyday, jacking off with those little girls without name, wishing to perform his fantasy but getting control of himself knowing that he could end on prison. Therefore as soon as he heard about this brothel his eyes lit. he could safe enough money, no matter what was the price, he wants to possess one of that lolitas.

When he finally saved a considerable sum of money, he went to the address they had indicated. It was an old building that looked abandoned, at the entrance was an old lady begging with a child of about four years old, dirty and ragged. “I hope that is not the kind of girl that's inside” he thought. They had told him to ask to the lady about “Liss” and he did it.
-I can tell where you can find her but...are you sure you want to meet her?
            Leonel answered affirmatively and after give her a couple of bills she pointed to a door in the building; he noticed a strange smell that reminded him of his visit to a mine but he ignored it and kept walking to the door. Behind the door were staircase down which came music and dancing lights, it seemed he was in the right place.

At the end of the stairs it was a large lounge in where they were performing and orgy, were at least twenty people having sex simultaneously, all of them have beautiful and inviting bodies. He noted in particular the women whose skin seems carved by Michelangelo, with long blond, brown, ginger hair, thinny and curvy all of them with an outstanding beauty. Nevertheless within the entire bacchanal there was not a single child and this was quite disappointed.

Wanna join us?- Ask a woman with long brown hair and formal but provocative clothing. Leonel rejected the proposal but found out that woman was “Liss”, he said what he wanted and she ask him to follow her to her office. There she rummaged through a large library and pulled out a blue folder who handed. 

-This is our catalog of girls between 6 and 9 years are sorted by date of birth, let me know when you find some to your liking.
Leonel leaf through, it had several photos of full body and beneath their names and some information: “She likes to bite, good at handjobs, mute, toothless…”. None of them attracted of all the attention until he saw a photograph that stood among the other. A beautiful ginger girl with brown eyes like honey. “Haley R., timid, newcomer, unused. He lightly touched the picture with the index finger, he knew she was right and so he said to the woman.
-Perfect, and she will be disposable?
-Excuse me?
-I mean, if we can not use her later, do you think dismember or eat her?
-Oh, yeah. She will be disposable.
-In that case. Do you want some tools in the room
-Yes, that could be good.
-Perfect. Do you want some special stage? A Confessional? A madhouse? A Classroom?
-The Classroom, he said immediately.
-Then I guess you would like the girl wore a school uniform.
-That could be excellent!
-You are a very predictable person, but that's fine, the room will be ready in an hour, while you may join the orgy in the lounge.
Leonel came back to watch the tangle of bodies, they were different participants but just as beautiful as the first ones. He sat in an armchair to watch that activity, he though that they were going to charge more if he involved, so he refrained. Although in fact he had not even asked the price but he didn’t care. He had enough money to afford a house.
A beautiful young girl naked approached him with a tray full of sushi rolls and a few glasses of what looked like wine.
-They're human? He asked nervous thinking that the girl would laugh at him.
Only half at right, we have some picky customers.
-And what exactly are they?
-The California have nipple, the Philadelphia have vaginas and The Tampico have heart, to drink I have blood type A +, O + and sparkling wine, do you like something? -Leonel ordered a bit of everything and asked the woman if he would join the orgy it would has an additional cost.
Oh do not worry, it is too much to charge you for your fantasy as to collect extra charges.
What if I can not afford to pay them?
The pays are always fulfill -she said, barely containing a wicked smile.
He bit his nipple sushi and played with it in his tongue, that excited him a lot, he looked at the mass of bodies in front of him, a beautiful pink haired woman with her tongue piercing performing a cunnilingus on a tattooed girl and looked him enticingly, he couldn’t contain himself and took off his pants exposing a large erection immediately introduced into the vagina of the woman perforated, she moaned with pleasure and began to lick her companion quickly started screaming hysterically that he wanted to be eaten, a man approached her but Leonel was too distracted to notice him, he heard some screams but he didn’t care until he was sprinkled with some kind of liquid. He opened his eyes and realized that the pink haired girl and the man had eaten the vagina and the face of the tattooed woman each other, this surprised him a little but he excited more and he finished ejaculating inside the pink haired girl, so he left from the orgy while the others were still fucking with the corpse among them.
After about fifteen minutes Liss appeared again.
-His room is ready, is the 302 -she said and handed him the key.
-Excuse me ... we have not talked about how much it will cost me.
-We try it after you finish, you just enjoy the experience.
He took the elevator and reached the third floor. The place did not look different from any hotel. He searched the room 302 and opened the door nervously. The room was an exact replica of a classroom, it was the blackboard, the teacher's desk and ten seats ordered, beside the tools they had promised.
In the front row was his uniformed angel “Haley”, she was much more beautiful in person, her skin looked like porcelain, He locked the door and approached her, she was so perfect and finally she was yours, he couldn’t wait, he had an erection just looking at her.
            I squatted in front of her and began to kiss her, the inexperienced girl mouth barely moving meanwhile he introduced his tongue down her throat, His hand slid down her slender thighs and quickly removed his underwear. He put the girl on the floor and spread her legs checking she was still a virgin, watching her immaculate and pinky vagina he couldn’t avoid licked it like crazy but without penetrate her, he looked at the girl’s face who closed hard her eyes, he tooked from her head and ordered her to look at him, she obeyed, then he deflowered her sharply. The expresion on her face was priceless, PRICELESS!
            She began to cry and tears flowed down her delicate cheeks, Leonel was so excited more and more, he slapped the girl heavily until her face had a reddish tint, then he took a hammer and began to stab her in the back face and chest meanwhile he penetrate her faster and faster, until he couldn’t do it more and cum on the broken face of the little girl.
            After that he doesn’t matter about the cost, he could give his house, his car even they will take his mother and he doesn’t give a fuck about it. He left that room bathed in blood and with a huge gesture of satisfaction meeting again with Liss.
-I see you are satisficed.
-Pretty much and I am ready to pay, totally worth it.
-I’m glad to hear that, because the price is a little more higher than you think.
-Well, I saved enough money, how much will be? twenty thousand? thirty thousand?
-No sir, we don’t care about your money
-So how can I pay?
-Well, let say that will be proportional to your pleasure ...- she said before she taken him to another room with no number.
            She tied his arms to a handcuffs hanging from the ceiling and the legs with others that were on the floor. Leonel thought that a two meters nigger could rape him and even then it was totally worth it, but what appeared in that room were six girls, ginger all of them and not more than eight years, he thought he was in heaven until the girls started to surround him and suddenly bitten him ravenously tearing the skin off his arms, belly and legs, after that they ran off.
He had never felt a pain so terrible, his body was burning terribly and would not stop bleeding.
-I paid the price! Are you happy now? Let me out of here! -He cried hysterically trying to break free from the handcuffs, however only a little girl appeared again, she looked a lot like Haley, but it couldn’t be, Haley was dead.
She pressed a button and he could hear a noise like a drill coming from under his legs, the sound came closer until he could feel, actually, a drill began to impale him really, really slowly.
-Stop! I get it, I get it! I will not do it! I will stay away from little girls! -he yelled at the little girl who smiled mischievously while pressing the button.
The drill was still moving through the organs of Leonel causing him a terrible pain as he would never have imagined, he started to bleed from his mouth and began to convulse, the suffering was unsupportable and he only wish to die. Finally the drill came out from his mouth with traces of undone guts and then he was unconscious.

The next day Leonel startled awake in his bed and with a terrible pain in the belly “it was a dream, a terrible dream” he thought until he felt some moisture in his blanket, it was full of blood, He looked at his belly and still retained some of the bites made by those girls and on his desk was a business card:


“The Brothel of Paraphilias. Come back soon”.

lunes, 2 de mayo de 2016

MI DULCE VENGANZA

Demasiada diversión,
no la siento real,
presiono más tu cuello
ya no puedes respirar.

Creíste que podrías,
destrozar mi corazón,
huyendo sin preocupación.

Nunca lo lograrás,
ahora estás en mi poder
y pagarás por tu traición.

Me has enseñado
a no amar nunca más,
eso hay que agradecer,
pero de mi venganza,
jamás te librarás.

Aún puedo escuchar,
los latidos de tu corazón,
aquél que jamás supo amar;
más odio, más presión;

ya no hay sonido, solo rencor.

VIDA DE OVEJA


 Cada minuto más que paso en este mundo
me hace despreciarlo más,
tan lleno de hipocresía y mentiras.

Todos ya tan acostumbrados,
sólo siguen las reglas del juego,
adulan a los poderosos pese a que los odien
y consiguen un lugar en la vida.

Sólo son ovejas estúpidas y convenencieras
esperando el momento de traicionar

a quien los ha llevado a donde están.

El burdel de las parafilias. C. 7: Pirofilia y un slasher




Ver a Melina y Marcus siempre era un espectáculo curioso, él, un ex presidiario de 1.98 m de estatura y 115 kg, de larga cabellera negra con los musculosos brazos repletos de tatuajes y rostro de pocos amigos y ella, una joven de dulce rostro y abundante melena castaña ondulada  que medía cuarenta centímetros menos que él.
Liss los invitó a entrar a su oficina y lo primero que observaron fue un enorme contenedor de vidrio con una chica en su interior que era rociada de un líquido corrosivo el cual ya había destrozado parcialmente su piel dejando expuestos algunos músculos e incluso huesos, el abdomen estaba tan deshecho que los intestinos colgaban fuera de su cuerpo.
-Bonita decoración – dijo Melina acercándose al cristal hipnotizada por aquella visión – ¿No es la chica que usó una máscara de conejo en uno de tus shows?
-Sí – respondió Alyssa sin interés.
-¿Y qué hace encerrada aquí? Si se trata de un nuevo espectáculo debería estar en algún lugar más transitado.
-Me gusta tenerla aquí, me recuerda los errores que no debo volver a cometer.
                Habían colocado dos sillas frente al escritorio, sin embargo una resultó inútil pues Melina se sentó sobre las piernas de Marcus.
-¿Por qué han venido? Sé que es su aniversario pero ustedes mutilan, matan y violan personas siempre que quieren…
-Claro, pero tenemos en mente algo un poco más complicado – respondió Marcus. – A mí me interesa…
-Una puta chilena que conoció en Internet… - interrumpió Melina molesta. – Por cierto, puedes guardar energía, no será necesario que la revivas.
-Me temo que no entiendes como funciona esto, cuando nos piden a una persona viva que no pertenece a nuestro staff lo único que hacemos es crear una copia, por eso aunque la asesines la original estará a salvo en su hogar.
-¡Que fastidio! ¿No puedes hacer una excepción?
-Sería un desperdicio de energía innecesario. La única vez que tuvimos a un original fue en una curiosa ocasión en la que un par de estudiantes se pidieron el uno al otro en su fantasía sin saberlo, matamos dos pájaros de un tiro, por decirlo de alguna forma. Eran una pareja extraña como ustedes, él era un hombre delgado al estilo Jim Morrison y ella una chica regordeta repleta de tatuajes, en fin… ¿qué más han pensado?
-Yo quiero a Jason Vorhees.
-¿El de las películas?
-¿Hay otro? Y por supuesto no me interesa un actor disfrazado, quiero el personaje, putrefacto, despiadado y con una fuerza bestial.
-En ese caso debo asumir que como escenario quieres…
-El campamento Crystal Lake, por supuesto.
                El par de asesinos terminaron de indicarle a la europea los detalles de su fantasía slasher y al terminar ella los invitó a presenciar el espectáculo que se había planeado en su honor. Se instalaron en una mesa del centro y observaron el escenario, en él se encontraba un hombre vestido con un elegante esmoquin que sostenía a un rechoncho bebé que no paraba de llorar, tomó un taladro, lo encendió y penetró la cabeza del infante que como por arte de magia cesó sus lamentos, tras introducir la broca hasta el fondo la extrajo y volvió a introducirla en el lado opuesto de aquel cráneo infantil, cuando hubo terminado aquella tarea levantó un mástil de violín, lo colocó entre los dos orificios y lo adhirió al cráneo con un par de tornillos. Tras esto tomó un cuchillo y penetró en las suaves muñecas de la criatura dejando expuestas sus venas, jaló tres de cada extremidad y las ató hábilmente sobre el mástil. Se lo colocó sobre el hombro y comenzó a tocar una apasionante pieza de tango.
Marcus y Melina miraron al público, fácilmente podían distinguir a los clientes primerizos, nerviosos e impresionables, de los clientes frecuentes que simplemente disfrutaban del show e incluso ordenaban bebidas y platillos que sólo podrían conseguir en aquél lugar, al menos legalmente. Candy, la maid, ofrecía shots de tequila con embriones humanos, al parecer Liss se había puesto muy maternal en esta ocasión, los asesinos pidieron un par y los tomaron de un trago mientras seguían disfrutando del espectáculo.
Habían aparecido en escena dos personajes, una joven que portaba un vestido de látex rojo que terminaba en puntas tan  ajustado que marcaba detalladamente su bien formada anatomía y que daba la impresión de que estaba cubierta tan sólo por una capa de sangre derramada y acrecentando este efecto unos rubíes colgaban de las puntas brillando como gotas del líquido vital. El segundo personaje se trataba de un hombre de largo cabello sujeto en una coleta ataviado en una elegante vestimenta propia de los bailarines de tango.
Comenzaron con un sensual baile acorde a la melodía, su mirada y sus movimientos expelían deseo y lujuria además de una ferocidad excitante, ella acercó su rostro al de su compañero y le arrancó un gran trozo de piel de un mordisco dejando parcialmente al descubierto su dentadura, sin dejar en ningún momento los pasos de baile él le arrancó la parte inferior de su vestido llevándose con él largos tirones de la piel de sus piernas, la mujer hizo lo mismo con la camisa de él mordisqueando enseguida su torso desnudo arrancándole la piel del pectoral izquierdo incluyendo el pezón, así prosiguió la feroz danza, con ambos destrozándose tanto el ropaje como la epidermis mientras la pista se llenaba de sangre y restos humanos sin dejar de mirarse con una lubricidad insaciable.
Cuando ambos se hubieron convertido en bultos rojizos antihumanos y la canción estaba por terminar, cada uno introdujo una mano en el destrozado pecho ajeno y llevó al exterior el corazón que éste contenía mirándose retadoramente hasta que se fundieron en un apasionado beso y ambos cayeron muertos.
El aplauso fue inminente, incluyendo a M+M, quienes después de tal espectáculo estaban ansiosos por comenzar con sus planes en aquél sitio, la maid les había entregado su llave con el número 404, así que acudieron al cuarto piso velozmente.
Al entrar a la habitación percibieron el frío y el suave aroma del bosque que se encontraba frente a ellos, el paisaje era idéntico al que habían vislumbrado tantas veces en las películas e incluso se encontraba el letrero amarillo que indicaba el nombre del lugar “Welcome to Camp Crystal Lake”. Melina de inmediato encontró un bate de aluminio entre los árboles y Marcus un cuchillo, según sus especificaciones habría armas regadas por el bosque como hojas en otoño. Al poco tiempo escucharon un grito femenino que les indicaba que el juego había comenzado.
-Ya sabes las reglas, el primero en encontrar a la perra hace con ella lo que quiera. – Apenas Marcus asintió, su pequeña novia lo golpeó con el bate en la entrepierna y echó a correr hacia donde se escuchaba la voz, era mucho más veloz que él, sin embargo un poco de ventaja extra no le haría daño.
No tardó en encontrar a la emisora de aquellas súplicas, Michelle, una rubia de desproporcionado trasero que le recordó a una famosa estrella porno, llevaba unos jeans ajustados y una playera blanca de tirantes tan pequeña que sus pechos amenazaban con romperla. A pesar del terrible odio y los celos que sentía hacia aquél ser que había cautivado a su amado, ella deseaba complacerlo así que únicamente quería era hacerle un par de modificaciones.
Tras un ligero forcejeo logró someterla, extrajo una cuerda de su bolsa, le ató las muñecas con fuerza y la sujetó de la gruesa rama de un árbol, debía ser rápida pues ya escuchaba los pasos de su sádico amante acercándose, trabajosamente le retiró sus pantalones dejando al descubierto su descomunal trasero que apenas quedaba adornado por minúscula lencería morada que de igual forma retiró de su cuerpo y le colocó un par de grilletes en los tobillos con una barra separadora que extrajo de su bolsa y rebuscó de nuevo en ella hasta encontrar una aguja con hilo grueso.
Miró su vagina sin interés alguno, tomó sus labios con dos dedos e introdujo la aguja en ellos, cada puntada ocasionaba un quejido y un ligero sangrado que la complacían enormemente, tan sólo cosió la mitad de aquella abertura pero lo hizo con fuerza para que resistiera las embestidas de su gigantesco amante. Apenas había terminado con aquella labor cuando apareció Marcus aún con una tenue mueca de dolor.
-Hiciste trampa.
-Nunca lo mencionamos entre las reglas, querido. Además yo simplemente quería prepararla para ti, no pensaba arruinar tu regalo de aniversario.
El hombre de casi dos metros de altura sacó un cuchillo de sus botas militares y cortó la cuerda que sostenía a Michelle dejándola caer, Melina hizo un puchero, ella había tenido que trepar al árbol cual ardilla para atar aquella cuerda y a él le había bastado con alzar uno de sus brazos.
La chica había caído boca abajo y el ex presidiario decidió dejarla en aquella postura, tomó la cuerda que mantenía unidas a sus muñecas y le hizo un nudo alrededor del cuello para luego atarla a la parte baja del tronco del árbol. Miró el trabajo de su novia y quedó complacido.
-¿Qué más pensabas hacerle?
-Puedes usarla mientras continúo.
Obedientemente se bajó la bragueta liberando un falo estimulado por el espectáculo anterior y la oportunidad de follarse a aquella chilena que lo había calentado tantas veces con sus pláticas obscenas y sus eróticas video llamadas, esta vez no había una computadora de por medio, esta vez la tenía frente a él, en carne y hueso. Su miembro palpitaba de excitación pero quería disfrutar de aquel momento, frotó la punta contra el clítoris de la chica que a pesar del dolor infringido previamente no pudo evitar sentir placer ante ese roce. Luego lo colocó en la pequeña entrada que había dejado Melina y comenzó a empujar hacia dentro, la sensación resultaba deliciosa, incluso el ligero roce del hilo contra su piel resultaba placentero. La chilena no paraba de aullar de dolor debido a que aquella penetración hacía que las costuras se separaran tirando de su piel genital, Marcus jaló su cabellera ocasionando que la cuerda apretara más su cuello y los aullidos cesaron.
Aquella postura resultaba perfecta para lo que planeaba Melina, sonrió satisfecha al ver que la chica abría la boca intentando producir algún sonido, tomó el bate de aluminio y lo estampó con toda la fuerza que pudo contra los dientes de Michelle destrozando por completo dos y rompiendo parcialmente otros tres. La sádica y pequeña asesina estampó varias veces más el bate contra la mandíbula de la chilena, el movimiento convulsivo de dolor que realizaba no hacía más que excitar aún más a Marcus que ya no sostenía su cabellera si no que sujetaba sus pechos, los usaba como medio para mover el cuerpo de la chica con velocidad sobre su pene y lo hacía con tal ardor que habían comenzado a ponerse morados, con la fuerza que poseía a Melina no le sorprendió cuando terminó por arrancárselos rompiendo con su concentración.
Para aquél entonces Melina había terminado de romperle los dientes a la chica dejándole las encías tan sólo con algunos diminutos trozos blancos y un montón de sangre brotando por doquier. Su amado miró aquella segunda adaptación con el mismo placer que la primera, frotó su falo contra aquellas suaves encías cubiertas de sangre mirando los ojos suplicantes y húmedos de la chica aumentando su placer,  sujetó la cabeza de la chica moviéndola rítmicamente sintiendo como su pene golpeaba en su garganta y como la chica trataba de librarse de él ante la sensación de asfixia.
De pronto la chilena comenzó a retorcerse y a pesar de su creencia inicial de que se trataba de otro de sus intentos de liberarse, notó que se debía a que Melina le estaba introduciendo el bate por el ano sin piedad alguna, la miró enternecido, su mezcla de celos y sadismo le resultaba encantadora. No pudo más que excitarse aún más y empujó con más fuerza su pene dentro de aquella garganta, los sonidos de asfixia lo entusiasmaban aún más y seguía embistiendo su garganta con mayor furia hasta que por fin eyaculó en ella de tal forma que el semen incluso se resbaló por las fosas nasales de la rubia, cuando extrajo su miembro de aquella chica supo que había muerto, sin embargo Melina continuaba retorciendo su bate intentando introducirlo tanto como pudiera.
-Ya está muerta.
-Ya sé pero no por eso voy a dejar de odiarla. – Marcus sonrió, nunca dejaría de amar a aquella mujer demente y era tiempo de que ella disfrutara su parte del plan, aunque él fuera quien tendría el ataque de celos esta vez.
Caminaron a través del bosque con dirección hacia el lago y tras pocos metros hallaron una tétrica lápida con el mítico nombre en ella: Jason Voorhees, y junto a ella un par de palas. Melina tomó una y comenzó a cavar con entusiasmo, por el contrario Marcus se limitó a observarla, si bien Jason había sido el ídolo de su juventud no le agradaba que fuera el objeto de los deseos sexuales de su compañera.
-Si me ayudaras esto sería infinitamente más rápido… - pronunció Melina.
Con desdén él tomó la otra pala y tras cavar apenas medio metro encontró un ataúd, retiró la tierra suficiente para descubrir la gigantesca caja y le dejó a Melina la primicia de abrirla. Alegremente ella bajó de un salto y levantó la tapa del féretro con una lentitud casi teatral.
Él resultaba idéntico al personaje que había visto numerosas veces en pantalla, había esperado que reaccionara tan sólo con liberarlo de su encierro, sin embargo él continuaba inmóvil, aun así su sola presencia le resultaba excitante, aquel monstruoso cuerpo de más de dos metros, las pútridas manos imponentes (la izquierda aun sosteniendo el enorme machete) y por supuesto la inconfundible máscara de hockey bajo la que se podía distinguir su deforme cabeza.
Su puso a gatas sobre él para examinarlo mejor, algunos gusanos se arrastraban bajo la máscara y un ligero aroma a putrefacción fluía de aquel cuerpo. Sacudió su enorme cuerpo tanto como pudo sin conseguir una reacción, Marcus apenas pudo contener la risa ante su frustración.
“¡Puta Alyssa! ¡Que lo quisiera putrefacto no significaba que lo quisiera muerto!” De cualquier forma ese era Jason Voorhees y no pensaba desaprovechar esa oportunidad, al ser una  necrófila consumada aquello no representaba ningún problema.
Le abrió uno de los párpados y lo recorrió lascivamente con su lengua percibiendo la viscosidad y la tenue acidez del globo ocular. Descubrió su pecho de tono verdoso cubierto por numerosas cicatrices y lo mordisqueó mientras desabotonaba sus pantalones exponiendo su putrefacto miembro inerte.
Retiró una pequeña larva de su glande y se introdujo aquel falo en la boca, sintió como éste palpitaba y se endurecía bajo los movimientos de sus labios y su lengua que no paraba de mover alrededor de la uretra. Detuvo aquella tarea simplemente para quitarse su pequeña camiseta de Motörhead mostrando sus redondeados pechos y cuando bajó la mirada para hacer lo mismo con sus shorts sintió una poderosa mano sujetando su cuello y levantándola del suelo.
Alzó la mirada encontrándose de frente con aquella característica máscara y los ojos dementes tras ella, aquello y la presión en su tráquea la excitó aún más. El enmascarado emergió de aquél hueco en la tierra sosteniendo a la chica y Marcus miraba hipnotizado como los pechos de su amada se bamboleaban mientras el legendario asesino acercaba su enorme machete a su torso para introducirlo bajo sus shorts y cortarlos de tajo junto con su ropa interior dejando un corte sanguinolento en el muslo de Melina. Así mismo se quedó inmóvil cuando aquel engendro soltó su machete y sujetó el trasero de la castaña con ambas manos colocándolo sobre la punta de su pene para luego penetrarla brutalmente generando un grito de placer y dolor de Melina.
A pesar de los terribles celos que sintió en aquel momento, la visión de ese cuerpo putrefacto penetrando salvajemente a la pequeña Melina que gemía y se retorcía de gozo le provocó una inminente erección así que se colocó detrás de la chica, mordió sus delicados hombros, extrajo su miembro de sus pantalones y se lo introdujo lentamente en el ano.
Melina desbordaba de placer ante ambas penetraciones igual de deliciosas que entrechocaban dentro de su cuerpo y que la llenaban como jamás en su vida, no tardó en alcanzar el clímax ruidosamente. Marcus al notarlo fue invadido por una nueva oleada de celos, tomó el machete y sodomizó con él a Jason retorciéndolo sin piedad tras lo que introdujo su mano en la desgarrada cavidad y comenzó a jalar sus intestinos para luego ahorcarlo con ellos, Melina bajó con gracia al suelo cuando él perdió su erección y su gigantesco amante aplastó el rostro del asesino con sus enormes botas hasta que rompió la máscara y el cráneo del slasher.
La diminuta sanguinaria viró hacia Marcus, jaló la cadena que pendía de su cuello haciéndolo agacharse y lo besó pasionalmente al mismo tiempo que acariciaba su miembro antes de salir corriendo cual niña con dirección hacia una de las cabañas. Él la miró embelesado, desnuda con la abundante melena al viento y corriendo entre los árboles lucía como una hermosa ninfa y no pudo evitar correr hacia ella.
Su amada dejó la puerta entre abierta así que bastó con un ligero empujón para entrar, la visión fue maravillosa, su ninfa recostada en una cama en forma de corazón cubierta por cientos de lenguas recién arrancadas y en un buró junto a ella había una botella de Jack Daniel’s y un zippo.
Ella gateó hacia él con sensualidad felina y posó sus labios sobre el botón de sus pantalones, enroscó su lengua sobre él y con facilidad lo retiró, con los dientes tomó la cremallera y la deslizó hacia abajo, contrario a aquella delicadeza bajó sus pantalones y bóxers con rapidez liberando su miembro completamente erecto que suplicaba por un poco de atención, sin embargo Melina continuó con su dulce tortura, lamiendo sus muslos primero, acercándose poco a poco a sus genitales, entonces recorrió uno de sus testículos delicadamente con su lengua para luego introducirlo completamente en su boca masajeándolo con su lengua para luego continuar con el otro, tras esto le dio pequeños mordiscos a lo largo del falo para regresar a la base y darle una larga lengüetada hasta llegar al glande, el cual ya se encontraba ligeramente humedecido y finalmente metió aquel miembro en su boca succionándolo hábilmente mientras acariciaba sus testículos humedecidos por la saliva.
Tras ese exquisito felattio lo recostó  sobre las lenguas…

Lenguas arrancadas… Alyssa detuvo la cinta un momento, estaba disfrutando de uno de sus mayores placeres, el voyerismo, pero tuvo que hacer una pausa pues aquello le había recordado su pequeña venganza.
Mientras seguía “muerta” con aquel disfraz de monja pudo ver como Zaireth se acercaba a ella con un rosario entre las manos.
-¿Lo recuerdas? Pertenecía a Isabel. Le dije que le enviabas saludos antes de meterle una bala entre los ojos – dijo colocándolo sobre su cuerpo y fue a buscar su sotana.
-Las despedidas nunca fueron lo tuyo, ¿verdad? – dijo Liss que se había regenerado con facilidad.
-¡¿Qué carajo?! ¿Cómo…?
Ella le arrancó la lengua, no pensaba soportar sus balbuceos.
-No me interesa darte explicaciones. No sé porque viniste y no me importa un carajo, pero fue una idiotez, fuera de aquí puedes ser tan poderoso como quieras pero en este lugar yo soy Dios y tú no eres más que un maldito insecto.
Ante su sorpresa los brazos de Zaireth se retrajeron y retorcieron  provocando que sus huesos atravesaran la piel de su espalda, dos pares de costillas se abrieron hacia afuera desgarrando la piel y las piernas imitaron a las extremidades superiores haciéndolo caer dándole la apariencia de un siniestro bicho que no paraba de sangrar y aullar de dolor. Liss se acercó a él sosteniendo el rosario, le propinó una fuerte patada haciéndolo caer de espaldas y sostuvo su flácido miembro.
-¿Isabel? ¡Odiaba a esa puta monja! Quédate con él - pronunció antes de clavar la cruz en su uretra con toda la fuerza que pudo.
Los gritos de dolor que resonaban por la parroquia la complacieron pero no bastaron para calmar su ira, así que salió, tomó un hacha y masacró a Jennifer. Sí, había un castigo demasiado simple e impulsivo pero bastó para tranquilizarla en el momento, para cuando la chica apareció de nuevo en su oficina ya tenía preparado el contenedor con ácido del cual no saldría en bastante tiempo. Se acercó a mirarlo y notó que se había regenerado casi por completo pues ya estaba vociferando cosas que no podía escuchar debido al vidrio reforzado, presionó un botón junto al contenedor y éste dio la vuelta dejándola de cabeza y ocasionando que el ácido volviera a caer lentamente lacerando su piel, aquello le agradaba, la hacía pensar en un macabro reloj de arena.
Lo pensó mucho antes de enviarle una tarjeta a Zaireth, pero llegó a la conclusión de que no quería que pensara que sólo había sido un sueño, así que cuando el hombre se despertó en una de sus mansiones con un hombro dislocado la halló justo en el lugar que había ocupado la cruz del rosario horas antes. La leyó, con odio la arrugó y  la arrojó al suelo mientras buscaba su celular para contactar a su médico personal, lo meditó…recogió la tarjeta y pensó que quizá le interesaría ver a su querida Liss de nuevo…

Tras ese exquisito felattio lo recostó  sobre las lenguas, se colocó sobre él y comenzó a mover su cadera lentamente en círculos mientras ese falo la penetraba cada vez más profundo, su compañero se encontraba extasiado ante el roce de las lenguas húmedas en sus piernas, sus genitales y su cuello, la asesina tomó algunas y las frotó sobre su corpulento pecho aumentando su excitación. Luego tomó la botella de Jack Daniel’s, le dio un largo trago, vertió otro en la boca de su amado y el resto lo derramó sobre sus cuerpos, cuando supo que ambos estaban por alcanzar un colosal orgasmo encendió el zippo y lo acercó a su cuerpo, el fuego no tardó en cubrirlos, el ardor avivó el éxtasis y los gritos de dolor y placer se fundieron tal y como sus cuerpos en llamas se iban fundiendo en un solo ser.

Alyssa los odió, “¡Hijos de puta!” repitió varias veces, sabían que no se tomaría la molestia de regenerarlos para luego hacerlos pagar y revivirlos de nuevo, era un gasto de energía estúpido…Se habían salido con la suya, como siempre.
-Liss…te traje a…– dijo Candy preocupada por interrumpirla. Junto a ella estaba la criatura de diez años más hermosa que debía existir, tenía largo cabello dorado que caía en rizos sobre su delicado cuerpo, enormes ojos ámbar rodeados de largas pestañas, una naricita respingada y unos labios demasiado sensuales para una niña de su edad pero que extrañamente armonizaban con el resto de su infantil rostro.
-¡Gabrielle! Hermosa Gabrielle, qué bueno que llegaste – dijo Liss procediendo a besar esos seductores labios, ella correspondió a su beso y le dirigió una sonrisa.
-¿Quién es ella? – preguntó la pequeña acercándose al contenedor con una encantadora vocecita curiosa.
-Una traidora, un ser de lo más bajo, aprende de sus errores Gabrielle, nunca me traiciones.

                Marcus y Melina despertaron en la habitación de hotel que ocupaban en esa época asustados por el aroma a carne calcinada que percibieron, sin embargo se miraron mutuamente y sólo encontraron una pequeña quemadura en uno de sus antebrazos, el asesino en serie se acercó a una mesita junto a la cama buscando un poco de Jack y se encontró con un paquete de m&m’s con una tarjeta del burdel adherida a él. Se la mostró a su amada, sonrieron ampliamente, anotó la fecha en ella y la guardó junto a las demás.


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Sadie. C. 1: La muerte de la bruja (parte 5)



Martes 8 de Septiembre
Tal vez hubiera faltado a la cita con Jared si tuviera otra madre pero por suerte sólo tengo a Justina. El viernes la llamaron de la escuela para delatar mis “actos violentos” y a su parecer tuvo una charla seria conmigo tras lo cual me dijo que estaba castigada, casi me río en su cara pero sólo le dije “sabes que no puedes retenerme” y salí de la casa. Lamentablemente aún no eran las diez así que llegué demasiado temprano al bar pensando ilusamente que Jared ya estaría esperándome. Me senté junto a la barra más por costumbre que por escasez de asientos. Luego de mucho rato comencé a desesperarme y cada vez que alguien entraba al bar volteaba con la esperanza de que fuera Jared.
-¿Eso es un tic o esperas a alguien? –preguntó Saya, siempre tan desocupada.
-No es tu asunto.
-Mmm, que hará aquí Jared y sin su modelo de pueblo –dijo mirando hacia la puerta. No pude evitar voltear para comprobar lo que decía, era mentira.
-Eso responde la pregunta. ¿De verdad crees que vendrá? Este no es precisamente su tipo de lugar, él prefiere estar con gente igual a él.
-Dame otra margarita -dije sin saber qué contestar.
-Ahí viene tu amor platónico -me susurró y fue a preparar mi bebida. Como si fuera a caer de nuevo…
-Hey Saya, ¿ahora le sirves alcohol a menores? –Jared al fin había llegado- ¿Cómo es que a mí jamás me quisiste vender nada?
-Pregúntale a tus padres -contestó Saya  molesta y Jared no respondió.
-Que impuntual -le dije a él.
Procedió a disculparse y ofreció pagar mi cuenta, desde luego acepté. Fuimos a sentarnos a un sillón lejos de la barra.
-Bien, ya viste que sí me atreví a venir, ¿podemos ir a otro lugar?
-Acabas de llegar.
-Ya lo sé, pero no me siento a gusto.
-Claro, como aquí no conoces a nadie y no eres el centro de atención.
-Sí conozco,  mira ahí está mi amigo Manson –dijo mientras señalaba a un gótico que pasaba frente a nosotros– ¡Eh, Manson!
El gótico volteó a verlo con cara de fastidio y le hizo una seña obscena, no pude contener la risa.
-Así nos llevamos.
-Ajá…
Hablamos de cosas banales, pasatiempos, familia, lo mucho que odiamos la escuela y en especial a la directora; hasta que me dijo que lo esperara un momento y se fue a hablar con un hippie.
-Hola señorita “no me interesa Jared pero lo veo con ojos de deseo”, ¿vas a pedir algo más? –me dijo Saya.
-No Saya, gracias.
-¡Ah!, la chica tiene modales, ¿y tú te llamas…? Porque decirte “señorita no me interesa Jared” me parece muy largo.
-No me creerías.
-¿Es más raro que Saya?
-¿De verdad te llamas así?
-Ahora sí, me cambié el nombre en cuanto cumplí 18, odiaba mi nombre. En fin, ¿me dirás o tendré que adivinarlo?
-Nunca lo vas a adivinar -dije retándola.
-Te apuesto doscientos pesos a que sí Rumpelstinskin.
-Acepto, pero debes adivinar hoy mismo y no puedes preguntarle a Jared.
-¿Yo qué? -él había regresado.
Saya tuvo que regresar a la barra y de nuevo sólo fuimos Jared y yo. Le dije que no debía decirle mi nombre, no hizo preguntas al respecto. Estuvimos platicando y bebiendo hasta muy tarde, fue agradable excepto por el hecho de que se pasó pegado a su celular demasiado tiempo, ya fuera mandando mensajes o contestando llamadas.
Finalmente le pidió la cuenta a Saya, fue bastante cara.
-¿Fue que llegué tan tarde o sólo tomabas martinis? -me dijo Jared.
-Yo puedo  pagar mí…
-Era broma, no importa el costo si puedo estar contigo -pronunció esta frase sonriendo y le pagó la cuenta a Saya.
-Mis doscientos pesos -procedí a cobrarle a Saya.
-Yo creo que tú me los debes a mí, Sadie.
-¡Tú le dijiste! -miré enfadada a Jared.
-Yo ni siquiera he hablado con ella -me contestó y era verdad.
-Tuviste que hacer trampa de alguna forma, no te pagaré.
-Qué mala perdedora, resígnate y paga -insistió Saya.
Estaba por iniciar una pelea cuando Jared sacó un billete de doscientos y se lo dio. Se despidió y nos fuimos de ahí.
-No tenías que hacer eso, no pensaba pagarle, sé que hizo trampa.
-Ya te dije que no me importa el costo, con tal de estar contigo y que tú seas feliz.
Sigo sin creerle tal frase, me llevó a mi casa en su auto y hablamos de cosas sin importancia.
-¿Tus papás no se enojan si llegas tan tarde?
-Justina se enoja bastante pero eso realmente no me importa.
-¿Y tu papá?
-Alfonso pasa todo el tiempo trabajando y nunca está en casa, es como si no existiera –él escuchó el comentario sin interés, como si ya supiera lo que iba a contestarle. Tras un minuto de silencio continué hablando–. Curioso, eres la primera persona que no me pregunta que trabajo puede ser tan absorbente.
-No es necesario, sé exactamente lo que tu papá hace.
-¿Ah sí? –le pregunté molesta por el tono en que lo dijo– pues dime porque yo no tengo idea.
-¿No sabes en que trabaja tu padre? –preguntó sorprendido.
-No…alguna vez le pregunté a él y se negó a contestar, otra vez le pregunté a Justina y sólo dijo que en una empresa importante (como si eso me diera una gran idea), por mi parte me importa una mierda así que dejé de preguntar. Aunque me intriga que tú lo sepas.
-Sí bueno, sólo sé que trabaja directamente para mis padres y ellos suelen ser acaparadores con sus empleados –dijo negando saber nada más y me llevó a casa sin volver a mencionar el tema.

Jueves 10 de Septiembre
Me encontraba particularmente relajada este día, sin ningún deseo de violencia, incluso mis niveles de misantropía estaban particularmente bajos, sin embargo siempre existe un hecho que los eleva nuevamente. Estaba sentada en un banco del parque escribiendo un poco de poesía cuando noté que Rose Sanz se acercaba, tal era mi relajamiento que no pensé siquiera en torturarla o insultarla, me resultaba totalmente indiferente; pero al parecer a ella no le sucedía lo mismo.
-¿No tienes algo más productivo qué estar mal sentada garabateando como una vagabunda?
-Aparentemente no –respondí yo sin mirarla, con la esperanza de que siguiera su camino, no fue así.
-Si yo fuera tu madre ya te habría buscado un trabajo, así podrías ser una persona útil para la sociedad y no este desperdicio humano –yo cerré mi libreta tranquilamente, me levanté posicionándome frente a aquella mujer y le respondí con voz serena.
-Si usted fuera mi madre yo sería huérfana desde hace mucho.
-Tienes problemas Sadie, serios problemas mentales y no voy a descansar hasta que estés recluida en un psiquiátrico, ¿entiendes?
-Bueno, hay personas que deberían estar en un manicomio y otras que deberían estar bajo tierra. Tú por supuesto eres de las segundas y ¿quieres saber un secreto? –dije acercándome para susurrarle al oído– Sé dónde vives.
Dicho eso me retiré del parque sin esperar a ver su reacción, sé que me ganaré un intento de sermón por parte de Justina.

Domingo 13 de Septiembre
El jueves tuve otra de esas profundas conversaciones con Jared en la escuela.
-¿Es cierto qué golpeaste a Carlos la semana pasada? -me preguntó.
-Ah…sí, es un imbécil -contesté sin darle importancia.
-¿No eres muy sociable verdad?
Puse una cara de asombro exagerado y dije:
-¿Cómo lo descubriste? ¿Fue mi tierna voz o los numerosos amigos que siempre me rodean? Podría jurar que fue lo bien que hablan todos de mí, tengo muy buenas referencias.
-Lo sé, me han dicho que invocas a los muertos y hechizas a la gente. Espero que eso no sea cierto.
-¿Porqué? ¿Temes que te convierta en otro Joel?
-No, temo que lo que siento por ti sea sólo un hechizo.
Noté en su rostro que esperaba una respuesta, pero no contesté nada, hubo un momento de silencio hasta que cambió de conversación.
-Y ya que no haces hechizos, ¿qué haces en tu tiempo libre?
-No mucho, sólo escribir y escuchar música a todo volumen.
-¿Ah sí?, ¿qué clase de música?
-Rock, gótico principalmente, The 69 eyes, After Forever, Inkubus Sukkubus, El Cuervo de Poe, Type O Negative, Xandria, Mazzat, Within Temptation, Krypteria, Voltaire, Leaves Eyes; aunque también me gusta Iron Maiden, Kreator, Toxic Holocaust, Emilie Autumn, The Spooky Psycho Dolls…
-Eh…ok –dijo interrumpiéndome- ya veo que hablarte de música es darte cuerda y como no sé de rock gótico mejor te preguntaré ¿qué escribes?
-Toda retorcida idea que llega a mi mente ¿o es que retorcida ya es la naturaleza de mi mente? Aún no lo he podido descifrar. Cada pensamiento que inquieta a mi cerebro y lo hace despertar se transmite a mis manos y queda plasmado en papel ya sea como una breve prosa pseudo poética o un siniestro cuento… -Jared estaba observándome fijamente con un gesto muy extraño, como perdido en sus propios pensamientos– ¿Me estás escuchando?
-Perdón, estaba contemplando lo bellos que son tus ojos, ¿alguien te lo había dicho? -si creía que con una frase tan falsa podría disculparse por su falta de atención estaba muy equivocado.
-No, y preferiría que te fijaras más en la belleza de mis palabras.
-Lo prometo si sales conmigo mañana.
-¿Me pones condiciones para que escuches cuando te hablo? No gracias imbécil. -lo dejé solo y fui a clase.
Debido a eso y a que Justina no ha querido darme dinero (dice que no me dará hasta que mi cuarto deje de ser un caos, no entiende que los genios somos desordenados) este fin de semana fue de sobriedad, Elizabeth sigue regañándome por ser hostil con Jared pero no me interesa, yo jamás pido disculpas.

Jueves 17 de Septiembre
Nunca creí que podría odiar tanto a aquel ser que dice amarme, querer entenderme y estar conmigo, aquél que cuando enserio deseo un poco de atención y acaso una felicitación sólo se preocupa por el maldito dinero, ¡Justina!

Sabía que lo que iba a leer no le gustaría, pero aun así quiso conocer la razón del resentimiento de su hija, así que prosiguió con la lectura.

Hoy me dijeron que gané el concurso de cuento pese a que a Chayo no le gustó -¡que se joda!-, sólo me dieron un estúpido diploma, pero lo único que yo quería era ganar, así que para mí estaba bien. Al llegar a casa quise compartir mi triunfo con Justina, pero a ella no le importó.
-Hey, ¿adivina qué? -le dije. Ella que hasta ese momento estaba lavando trastes se detuvo.
-¿Por fin conseguiste un trabajo? –me preguntó entusiasmada.
-No Justina, no es eso… -le contesté aún sin perder el ánimo.
-Hay Sadie, deberías  de buscar uno, ¡hacer algo productivo de tu vida!
-Ya lo hice, ¿recuerdas el cuento que escribí, el que no terminaste de leer?
-Esa monstruosidad no es algo productivo hija.
-Esa “monstruosidad” ganó el concurso literario de la escuela.
-¿En serio? –sonó muy interesada en el asunto- ¿y te dieron dinero por eso? –¡claro, tenía que tratarse de dinero!
-No, me dieron un… -ni siquiera le interesó lo que pudieron darme.
-Hija, consigue un trabajo, algo con lo que traigas dinero a la casa, tú sabes que estamos pasando por un situación muy difícil… -regresó a su labor y ni siquiera notó que a la mitad de su discurso ya estaba en mi cuarto.
   Tal parece a que la maldita sólo le importa el dinero. Desearía golpearla hasta que de verdad tuviera algo de qué preocuparse y finalmente librarla de aquella angustia. ¿Te encantaría eso verdad mamita? Ya no más preocuparte por la falta de dinero.

   Tomaré un cuchillo y lo clavaré mil veces en tu piel, ¿así también te preocuparía el dinero mami?, una y otra vez, miraría satisfecha como te desangras, disfrutaría tu cara de horror y confusión porque sabría que por una puta vez estás pensando en tu hija ¡y no en el maldito dinero!