domingo, 26 de julio de 2015

El burdel de las parafilias. C 5: Incesto y voyerismo



-¿Qué diablos te pasó en el ojo? - le preguntó Alice a su mejor amiga, a la cual parecía que le habían propinado una buena paliza.
-Si te lo contara no me lo creerías...
-Vamos, te conozco desde la primaria, sabes que puedes contarme lo que sea.- su interlocutora meditó un poco hasta que por fin se decidió a hablar.
-Bien... ¡cumplí mi fantasía! ¡La de Bundy!
-¡Pero es imposible! - argumentó ella completamente incrédula.
-Eso creí yo, ¡pero sucedió! no lo sé...conocí un lugar bastante extraño, podría decir que tiene algo de sobrenatural.
-¡Dame la dirección!
-¿Qué piensas hacer?
-No puedo decirte, pero sé que si pudieron conseguirte a Bundy podrán satisfacerme - tras toda clase de chantajes para que le revelara su fantasía sin conseguirlo, su amiga le proporcionó la dirección y las indicaciones pertinentes, omitiendo por supuesto la parte del pago. Una hora después Alice ya estaba de camino al lugar, tenía algo muy claro en mente, o mejor dicho a alguien: su padre.
            Sus progenitores se habían divorciado cuando ella tenía once años, no entendía porque, ellos parecían amarse demasiado y nunca los vio discutiendo, se quedó al cuidado de su madre que se negó a darle explicaciones, lo único que llegó a decirle fue la gastada frase "él no era quien yo pensaba"; Alice asumió que se había tratado de adulterio y dejó de hacer preguntas.
            Descubrió la verdad cuatro años después debido a su perversa amiga que le envió "un video muy interesante", en él aparecía una mujer extremadamente delgada siento penetrada brutalmente por un hombre con un miembro tan gigantesco que se le marcaba a la chica en el vientre, parecía que en cualquier momento la piel se le destrozaría y aquel pene saldría ensangrentado como en aquella escena de "Alien".
            En definitiva se trataba de un espectáculo entretenido, sin embargo lo que realmente la impresionó fue el momento en que se amplió la toma y reconoció a su padre como aquel folla-anoréxicas. Se dijo que era imposible, leyó los comentarios bajo el video averiguando que aquel sujeto se hacía llamar "Nacho Sixxx", una rápida búsqueda en google confirmó sus sospechas, se trataba de Ignacio Borges, su padre. Tal parecía que era toda una celebridad en el porno bizarro, se dedicó a mirar sus videos, hacía de todo: coprofilia, necrofilia, formicofilia, incluso había hecho un trío con un perro y una enana sadomasoquista. Ahora comprendía porque su madre se había escandalizado, sin embargo a ella le pareció sumamente excitante y habitualmente fantaseaba con participar en uno de sus peculiares videos, aunque por supuesto se había contenido de comunicarse con él por temor a su reacción y a que su madre pudiera enterarse, pero ahora que se presentaba la oportunidad no pensaba desperdiciarla.
            La entrevista con Liss le resultó sumamente distrayente pues la europea llevaba un minúsculo vestido con un pronunciado escote delantero que apenas cubría sus grandes y firmes pechos. Por su parte Alyssa encontraba bastante molesta por tener que vestirse como mujerzuela, así que decidió terminar rápidamente aquella conversación con esa adolescente delgada y bajita que poseía una melena pelirroja leonina que le llegaba hasta los hombros, pensó que lucía como una tutsy pop y a pesar de su mal humor esbozó una sonrisa.
-Señorita Borges, ¿en qué puedo ayudarla?
-Me gustaría tener sexo con mi padre - dijo ella sin titubear, el rostro de Liss no se inmutó ante la incestuosa frase, era algo sumamente común en su trabajo - se llama Ignacio Borges, aunque es mejor conocido como Nacho Sixxx.
-¿El actor porno? - ésta vez sí podía percibirse un ápice de sorpresa e interés en la expresión de Liss, Alice asintió casi orgullosa - bien, será un honor tenerlo en mi burdel, soy admiradora de su trabajo y no había tenido la oportunidad de colaborar con él. ¿Ha pensado en algún escenario en específico?
-Sí, un circo, pero no como uno de los actuales si no estilo antiguo, con fenómenos.
-Ahora es un poco despectivo llamarlos de esa forma, pero entiendo a lo que se refiere, ¿está interesada en alguna deformidad en particular?
-No, sorpréndeme, con unos tres o cuatro bastarán, además me gustarían un par de animales y un disfraz de arlequín.
-De acuerdo, su habitación estará lista en una hora y media aproximadamente, durante ese tiempo puede presenciar nuestro espectáculo del día y posteriormente acudir a nuestra bodega de vestuarios para escoger su atuendo, la maid la conducirá a donde guste.
-Sólo una cosa más, no le mencione quien soy. Quiero que todo el asunto se maneje como si estuviera grabando otro de sus videos. - Alice había decidido que quería darle la sorpresa ella misma, antes de retirarse quiso despejar una duda, odiaba quedarse con la curiosidad - Disculpa la pregunta, pero... ¿siempre recibes a los clientes vestida de esa forma?
- Por fortuna no, a uno de nuestros usuarios frecuentes se le ocurrió incluirme en su fantasía y bueno...tengo que encontrarme con él en un momento. - Liss condujo a la chica a la salida de su oficina y le presentó a la pequeña maid.
            La joven de la enmarañada cabellera llegó cuando el espectáculo ya había comenzado así que no pudo sentarse hasta el frente como le hubiera gustado, no obstante el lugar no era demasiado grande así que tenía buena visibilidad, además reconoció de inmediato la canción que estaba sonando, se trataba de un extraño remix de "Sisters of the Light" de Xandria con música oriental.
            En el escenario se encontraban un par de gemelas de piel morena con tintes dorados, llevaban atuendos de belly dance góticos y portaban vistosas joyas sobre la cabeza, los antebrazos y los tobillos, a Alice le parecieron como princesas hindúes de inigualable belleza y delicada figura; cuando por fin pudo desviar la mirada de aquellas hipnóticas mujeres de minúscula cintura pudo ver que sobre ellas había un hombre corpulento boca abajo sostenido únicamente por cuatro ganchos que se habían clavado en los extremos de su espalda y que a sus costados pendían un par de largos trozos de tela violáceos.
            Las chicas bailaban tan coordinadamente que una persona poco observadora podría creer que se trataba de una sola mujer frente a un espejo, por supuesto la ilusión se perdió cuando una de las chicas comenzó a envolver sus brazos con las telas y a elevarse sobre el hombre que pendía del techo realizando toda clase de acrobacias con ayuda de aquellos grandes listones. Por su parte la otra gemela caminó hacia un estante lleno de largas varillas metálicas (el cual Alice no había notado hasta ese instante) y tomó una de ellas sin dejar su danza ni siquiera cuando clavó aquella varilla en el pecho del hombre colgante y algunas gotas de sangre la salpicaron.
            El hombre exclamó de dolor pero fue apenas audible por el elevado volumen de la música, ambas chicas seguían con el espectáculo, una contoneándose en el aire y otra sobre la plataforma mientras seguía clavando varillas cada vez más rápido en el torso del hombre que profería maldiciones a ambas chicas al tiempo que su sangre se derramaba sobre el escenario y la bailarina.
            Cuando le hubo clavado al menos veinte varillas que formaban un amplio círculo en su cuerpo continuó su danza mirando a su hermana que se había elevado aún más enrollando la tela desde sus tobillos hasta sus rodillas y que abruptamente se dejó caer sobre la víctima de su gemela girando a causa de la tela que se desenvolvía, golpeó directo en el centro del círculo que se había formado y atravesó el cuerpo llenándose de sangre y vísceras, además de quedar rodeada por las varillas que habían cedido junto con la piel.
            Su gemela retiró algunas de las varillas, la ayudó a bajar y así, cubiertas del pegajoso líquido rojo, se besaron febrilmente para finalizar con una pequeña reverencia frente al público, que aplaudió hasta que les dolieron las palmas (incluida, por supuesto, Alice).
            El show había animado a la pelirroja, ahora le correspondía representar su propio espectáculo, le pidió a la maid que la dirigiera hasta lo que Liss denominaba la "bodega de vestuarios", ésta en realidad lucía como los bastidores de un enorme teatro, era más grande que el departamento donde ella vivía con su madre. Había cientos de hermosos disfraces exquisitamente confeccionados, mas ella no se dejó distraer de su propósito inicial y siguió buscando hasta que encontró un magnífico atuendo de arlequín que al parecer era de su talla; se trataba de un vestido corto con rombos en rojo y negro, un gorro de dos picos con cascabeles en ellas y unas largas botas de puntas enroscadas.
            Cuando se lo probó notó que le sentaba a la perfección, era justamente lo que estaba buscando, para su maquillaje escogió una mezcla entre un mimo y Emilie Autumn, finalmente se colocó el gorro dejando que mechones de su alborotada melena emergieran de él. Se miró complacida en un espejo de cuerpo completo y salió al encuentro de su guía, era tiempo de acudir a su cita; la mujer le indicó que le correspondía el cuarto -108 y le entregó una gran llave antigua.
            Caminó velozmente el largo tramo hasta la habitación -108 con el corazón acelerado, ésta tenía un enorme portón de madera y en él una puerta de menor dimensión en la cual estaba grabado el número. Estaba tan ansiosa que no pudo introducir la llave al primer intento, cuando por fin pudo abrir la puerta sintió la fuerte oleada al aroma a circo, una mezcla de palomitas de maíz, tierra húmeda, algodón de azúcar y animales; inmediatamente después de percibirlo olfativamente, su vista lo asimiló todo: los puestos de comida, los animales enjaulados y la gran carpa con enormes carteles vintage que tenían dibujos de los fenómenos que se presentaban en ella. Por último sus oídos percibieron la clásica e inconfundible música alegre que representaba aquél lugar.
            Se introdujo casi corriendo en la carpa haciendo sonar sus cascabeles y se encontró con un amplio lugar vacío a excepción de unos curiosos personajes que se encontraban en el centro del lugar.
-Tu debes ser la directora, yo soy Nacho Sixxx. - se presentó su padre disfrazado de domador de leones, Alice apenas contuvo las ganas de decirle que ella bien sabía quien era y le siguió la corriente proporcionándole un nombre falso "Arleen" - Te presentaré a nuestro equipo del día.
            El actor porno comenzó a hablarle del personaje más vistoso que se encontraba en el lugar: Betty, la viuda negra; nombrada así por su gran parecido con Betty Page, su tendencia a asesinar a sus amantes y por poseer tres pares de brazos que controlaba a la perfección, como comprobó la chica cuando la saludó con todos los del lado derecho. A su lado se encontraba el poderoso Magnus, una mole de dos metros de alto y doscientos kilos de puro músculo que además tenía la peculiaridad de tener dos penes, uno situado pocos centímetros encima del otro. Un metro cincuenta más abajo de él se encontraba un enano bicéfalo hermafrodita, cada uno de sus rostros parecía pertenecer a un sexo diferente y ambos lucían un tanto aniñados haciéndolo parecer un infante deforme; respondía al nombre de Glen&Glenda. Por último se encontraba reptando en el suelo Amelia, la viperina; se trataba de una mujer sin brazos ni piernas que poseía una larga lengua bífida y unos grandes y afilados dientes.
            Además del bizarro descrito, contaban con un camarógrafo, un león y un elefante, además de que podían disponer de cuanto hubiera en el circo, la chica pelirroja quedó bastante conforme y más aún cuando Ignacio le informó que todos tenían indicaciones de hacer cuanto ella pidiera. Alice apenas podía controlar su impulso de saltar sobre su padre y desnudarlo en ese preciso momento, sin embargo uno de sus mayores placeres era el voyerismo así que igualmente disfrutaría ver a aquellos extraños seres copular.
            Asimiló enseguida su rol de directora y les indicó como deseaba la primera escena además de ordenarle al camarógrafo cómo debía grabarla. La mujer araña comenzó a besar alternativamente las cabezas del enano mientras sus brazos lo despojaban de su ropa dejando al descubierto su cuerpo de niño, a su vez Amelia se encontraba realizándole una felación al león enroscando su larga lengua en su peludo miembro y moviéndola ascendente y descendentemente hasta que el animal se encontraba tan excitado que comenzó a inquietarse. Lo condujeron hasta Betty que tenía sus seis brazos ocupados complaciendo a Glen&Glenda, estimulaba su pequeño miembro y su vagina al mismo tiempo que acariciaba el resto de su diminuto cuerpo, causando que sus dos cabezas gimieran de placer.
            La mujer araña estaba tan distraída que la penetración del león la tomó por sorpresa y soltó un estridente grito, Nacho le propinaba fuertes latigazos al león para que la embistiera cada vez más fuerte y éste en su excitación arañaba la espalda de la mujer llevándose en sus garras trozos de su piel dejando en su lugar largas líneas rojas de las que manaba sangre.
            Perdida entre el placer y el dolor, Betty comenzó a estrujar los cuellos del hermafrodita sin dejar de estimular sus aparatos sexuales manual y oralmente, de lo contrario habría notado como aquellos rostros aniñados cambiaban su tono rosado a uno violáceo antinatural, sus globos oculares sobresalían rojizos sobre las cuencas y sus regordetas manos se sacudían intentando liberarse. Estiró uno de sus brazos para tocar la melena del león, atrayendo su cabeza a la suya y cuando él rugió cerca de ella estalló en placer.
            Cuando notaron que el hermafrodita había muerto asfixiado, simplemente lo ignoraron, Alice se rehusó a sacarlo de la escena, de hecho el asesinato de aquel pigmeo le dio la idea de transformar su video del porno al gorno; le comentó su idea a Nacho al cual le fascinó. Realmente aquellos engendros no le importaban, observar su comportamiento sexual era entretenido y ciertamente estimulante pero su objetivo real era el hombre disfrazado de domador.
- No será complicado, son un grupo autodestructivo. - le dijo con convicción.
            La siguiente escena comenzó con la mujer araña siendo penetrada por los dos grandes miembros de Magnus a la vez que Amelia lamía su clítoris con las puntas de su lengua dividida. Ignacio - sujetando al león por su correa - se acercó a la gimiente mujer que retorcía sus seis brazos de placer y comenzó a untarle los pezones y el cuello con leche, provocando que la fiera lamiera su piel; la rasposa lengua del animal le causaba un inigualable placer que fue transitoriamente de su pecho hacia su cuello donde, inesperadamente, Nacho dejó caer una enorme cantidad de leche causando que el león la lamiera con desesperación e incluso comenzara a morder al clon de Betty Page arrancándole la piel mientras ella intentaba apartarlo con sus seis brazos sin lograrlo; animado por el sabor de la carne, la bestia no dejó de morder hasta que aquellos anormales brazos dejaron de moverse y el domador lo apartó.
            El cuerpo de la seudo pin up lucía ahora semi decapitado pues el león había devorado sólo parcialmente su cuello y la cabeza aún oscilaba apenas sostenida por mínimo trozo de piel ante las embestidas de Magnus que seguía penetrándola sin importarle si tenía cabeza o no. Así mismo, Amelia continuaba recorriendo aquel cuerpo inerte con su larga lengua incluso con más entusiasmo ahora que se encontraba ensangrentado, inconforme con la miserable cantidad de rojizo fluido que podía lamer empezó a mordisquear las musculosas piernas de Magnus sorbiendo la sangre que manaba de las heridas como una sanguijuela.
            Cuando los reflejos tardíos de Magnus lo alertaron de lo que estaba sucediendo enfureció, arrojó el cuerpo de la mujer araña como si se tratara de una muñeca de trapo y cayó con fuerza al suelo torciéndose de forma inhumana, irónicamente lucía como una araña a la cual le habían aplastado la cabeza.
            El musculoso hombre miró al ser sin extremidades aún adherido a una de sus piernas, lo tomó de la cabeza con una de sus gigantescas manos y lo llevó debajo del elefante, bastó con que lo masturbara un poco con su mano libre para que reaccionara; sujetó a la sanguijuela humana de los costados y la empaló en el gigantesco y áspero miembro del paquidermo causando que la amorfa mujer emitiera escalofriantes gritos de dolor. Él continuó empujando ese compacto cuerpo contra el animal con tal ímpetu que de la boca de la chica comenzó a brotar sangre, probablemente alguno de sus órganos internos se había destrozado pues no estaban acostumbrados a albergar un huésped de tal magnitud. Calmada su ira, Magnus dejó aquel cuerpo empalado que finalmente cayó cuando el elefante perdió su monstruosa erección.
            Con aquella mole convenientemente agachada bajo el colosal animal y consciente de que era el último de los fenómenos, Nacho le ordenó al elefante que corriera hacia él aplastando al engendro restante como si se tratara de un insecto cualquiera.
            Ahora sin aquellos anormales seres (que habían resultado un buen incentivo) no había nada entre su anhelado amante y Alice; ella le indicó al camarógrafo que podía retirarse y él obedeció gustoso.
- Quiero que grabemos una sesión privada.- le dijo la pelirroja a Nacho, el cual estaba ansioso por sacar el monstruo de treinta y cinco centímetros que tenía bajo los pantalones.
            Alice se aseguró de que la cámara encuadrara lo que ella deseaba, pulsó el inconfundible botón rojo y se acercó a Nacho con el corazón acelerado, se paró sobre las puntas de sus pies para poder alcanzarlo y besó sus labios con ternura que se transformó rápidamente en pasión, Nacho tomó una de sus pequeñas manos y la dirigió hasta su abultada entrepierna.
            A la joven le pareció increíblemente grande, así que decidió mirarlo con sus propios ojos, lo despojó torpemente de su ropa y así tuvo frente a su rostro el famoso pene de Nacho Sixxx (quizá aún más famoso que él mismo), comprobó que lo que había visto en los videos era cierto, aquello era gigantesco.
            Lo tomó con ambas manos y comenzó a lamerlo casi con devoción hasta que recuperó la compostura y trepó al elefante con la agilidad de una gimnasta, haciéndole señas a su padre para que la siguiera. Él obedeció sin perder su gran erección y al llegar hasta ella la cargó con un brazo, despojándola de sus bragas y luego la colocó sobre su descomunal miembro, a pesar de lo excitada que se encontraba debido al espectáculo de los fenómenos, no pudo evitar sentir dolor cuando fue penetrada por aquella bestia.
            Examinó por un momento aquel rostro que siempre había relacionado con una figura paterna y que ahora se deformaba en muecas de gozo, no pudo más que sentirse aún más excitada y se dejó llevar por el placer hundiendo la cara en aquellos fuertes hombros, mordiéndolos con fuerza; los cascabeles de su gorro tintineaban cada vez más rápido.
            Su padre la hizo girar, bajó la cremallera de su disfraz dejándolo caer y siguió follándola con ese inhumano miembro desde detrás de ella, cargándola con el brazo izquierdo mientras que con el derecho pellizcaba sus pezones o jugueteaba con su clítoris alternadamente.
            La chica del cabello color sangre no tardó en alcanzar el clímax y emitió un potente grito de placer, se liberó fácilmente de los brazos de aquel hombre, descendió del elefante (que seguía sin mostrar señas de que le importara un carajo lo que ocurriera sobre él) y se dirigió hacia un juego para probar la fuerza con un martillo que estaba junto a una serie de artículos de magia.
            El ansioso porn star la siguió sin titubear, Alice tomó unas esposas de entre el equipo de magia y le ordenó a Nacho que se sentara en la parte del juego que golpea el martillo, le esposó los brazos detrás de la espalda y se aseguró de que la cámara lo enfocara correctamente.
            Se acercó seductoramente a su progenitor y recorrió lentamente su miembro con su lengua, debido al maquillaje y el gorro que aún conservaba, Ignacio no pudo evitar recordar a una sensual villana de DC Comics; hasta que por supuesto ella se detuvo cuando él estaba por estallar, empezó a quitarse el maquillaje con las manos y notó que se trataba de su única hija, aquella que había preferido abandonar en lugar de retirarse de la pornografía.
- ¿No eres demasiado joven para hacer porno? - fue lo primero que se le ocurrió preguntar de entre la maraña de dudas que llegaron a su mente. Alice lo miró al principio confundida por su pregunta y luego emitió una sonora carcajada.
- ¿Es eso lo único que te importa? ¿Qué soy demasiado joven? - Alice volvió a reír desquiciadamente, tomó el enorme martillo que se encontraba al lado del juego y golpeó con fuerza el pene aún erecto de su padre, ocasionando su uretra expulsara un chorro de sangre y que Ignacio Borges gritara como jamás en su vida. - Luego de abandonarme tantos años y de follarme, ¿es todo lo que te preocupa? - la chica dejó de sonreír y no le permitió contestar, pues reunió toda la fuerza que tenía en su pequeño cuerpo y golpeó la cabeza de su padre con el pesado martillo, primero del lado izquierdo y luego del derecho, destrozándole la mandíbula y rompiéndole numerosos dientes.
            Dejó caer el martillo e hizo una reverencia ante la cámara como había visto hacer a las gemelas un par de horas antes. Volvió a ponerse su hermoso disfraz de arlequín y salió de aquél lugar dando pequeños saltos de felicidad; había quedado definitivamente complacida. Fuera la esperaba la maid que le informó que era tiempo de saldar su deuda, la condujo hasta una habitación sin número y la dejó sola.
            La chica se introdujo en aquel cuarto pobremente iluminado y siguió una pequeña luz parpadeante que identificó como la luz de una cámara que se encuentra grabando, fue sorprendida por unos grandes brazos que la desnudaron y la llevaron hasta una enorme diana en la que sujetaron sus extremidades con brazaletes metálicos, la hicieron girar hasta que estuvo de cabeza.
            La confusión y el asco se apoderaron de ella cuando apareció frente a ella el enano bicéfalo que creyó muerto, se encontraba desnudo y comenzó a recorrer su rostro con su pequeño y flácido pene, mientras ella movía su cabeza intentando esquivarlo sin lograrlo del todo. Apareció arrastrándose la viperina que le lamió un ojo con lascivia, Alice soltó un grito de repulsión, aquellas criaturas eran entretenidas para observarlas pero tenerlas cerca era simplemente horrible, sacudió sus brazos y piernas intentando liberarse pero lo único que logró fue mover ligeramente la diana.
            De pronto notó como volvían a girarla y creyó ilusamente que la liberarían, sin embargo al mirar hacia el frente vio que su tortura apenas comenzaba. La mujer araña se encontraba portando seis dagas, una en cada mano; Alice suplicó por su vida, "yo no les hice nada, fueros ustedes mismos", dijo una y otra vez sin que nadie le respondiera.
            La primera daga rasgó uno de sus muslos, dejando expuesto músculo y tejido adiposo, ella se retorció de dolor provocando que la diana girara; la segunda daga se clavó entre sus costillas perforando uno de sus pulmones, la chica no dejaba de llorar y gritar que la soltaran pero contrario a eso, Betty lanzó la siguiente daga que se clavó en su pezón izquierdo provocando un nuevo aullido de dolor; la cuarta daga fue a dar directamente a su ojo derecho del que manó abundante sangre, la quinta acertó en su pequeño clítoris, la voz de la joven se había tornado ronca de tanto gritar, así que la mujer de seis brazos se decidió a terminar con su sufrimiento; la última daga perforó su yugular y la sangre bajó como una cascada bañando su delicado cuerpo; mientras la vida abandonaba el cuerpo de la chica, ella sólo podía pensar que aún con el insoportable dolor, aquello había valido la pena.

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            De entre una aniñada cama de cortinas de seda colgantes surgió un horrible grito de terror, se trataba de Alice que se había despertado de lo que creía que era el sueño más fantástico y macabro que jamás tendría, corrió entusiasmada a buscar su diario para escribirlo antes de comenzar a olvidar los detalles. Al llegar a su librero vio entre sus libros un DVD que nunca había visto, era una caja negra sin portada, la abrió con curiosidad y encontró una pequeña tarjeta que decía: El burdel de las parafilias.
            Sorprendida miró bajo su camisón buscando alguna herida, encontrando únicamente una pequeña cicatriz entre sus costillas. Caminó hasta su clóset, guiada por un extraño impulso, y encontró en él aquél hermoso disfraz de arlequín. Sonrió ampliamente, aquella tarde volvería a usarlo y se masturbaría viendo el video, una y otra vez.


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SÁDICA, DESQUICIADA, PERO SIEMPRE ENAMORADA


¿Sádica? ¿Es que realmente lo soy?,
lo has dicho tantas veces
y no comprendo por qué.

¿Será porque disfruto tu cara de terror?
¿Es porque me encanta sentirte indefenso?
¿O tan sólo porque el sabor de tu sangre
es el mejor que he probado?

Amor mío,
¡a eso no se le puede llamar sadismo!
Es la pasión y el desenfreno
que tu provocas en mí.

Yo no diría sádica,
sólo soy una loca enamorada

que tu corazón cautivó.

DIVAGACIONES

Todo se torna borroso y comienza el trance
llego a ese lugar en el que nada es real.

Flotando en lagunas mentales
memoria perdida sin ansias de volver
aquellos recuerdos que se escapan por mi bien.

Sumergida en el abismo
con melancolía contemplo el pasado
corro hacia él
pero se encuentra tan lejano
que es imposible de alcanzar.

Me aferro al presente
que se desvanece y cambia ante mí.

Temo al futuro
que se muestra tan cercano y amenazador,

sé que cuando llegue todo acabará.

ESCLAVITUD PSICOLÓGICA

 Cerebro trastornado
esos años de tortura mental
introduciendo ideas que no tenían lugar
perdió autoestima y ganó inseguridad.

Ahora tan dependiente
de cada palabra tuya de cada gesto de amor.
Convertida en basura,
en una esclava que pretende ser quien manda.

Momentos felices en los que olvida,

en los que intenta olvidar …

SUFRIMIENTO/AUTODESTRUCCIÓN


Cuando todo el mundo ya ha pisoteado tu corazón
lo único que queda es pisotear el de alguien más.

Tantas lágrimas derramadas por un mundo tan banal,
tanto sufrimiento por otro simple humano.

¿Qué otra alternativa te muestra
esta sociedad tan autodestructiva?

Todo apunta a lo mismo y seguiré mi instinto.

LA INTERMINABLE BÚSQUEDA

Y regreso al recinto de altanera maldad,
atraída como un mosquito a la luz.
No tengo voluntad y pese al esfuerzo
el cuerpo no quiere responder.

Hipnotizada por la tenue luz de la luna,
o quizá guiada por la melancolía de los recuerdos,
idea tan patética que luché por olvidar
vagué sin destino
todo por olvidar tu triste memoria
mas no hago otra cosa que volver al lugar,
a nuestro lugar...

Ayer con la fuerza de un predador,
hoy con la fortaleza de una víctima más.
La confianza y la sensación de poder se han marchado,
quizá se deba a la falta de energía
o al frío espectral que recorre mi anatomía;
finalmente tendré que dar la batalla por perdida
poseyendo tan sólo la esperanza

de que podré ganar la guerra. 

RESPONSIVA A LAS QUEJAS DE UN DRAMA KING


Carente de sentimientos,
incapaz  de pronunciar palabras de amor,
esa es tu opinión, no lejana a la realidad.

Te sorprenderá tal vez
que puedo sentir,
odio a tu hiriente recuerdo,
amor a tus discursos sin fin.

Y las palabras...
tu dramatismo no ha  fallado del todo
el nerviosismo se posesiona de mi,

la poesía muere en mis labios.

EXTRAÑÁNDOTE, OLVIDANDOTE


La soledad, mi compañera
altera más mi percepción
encontrando belleza en lo mórbido e inusual.

Aumenta la sed, el hambre de ti,
de tus besos, de tu ser.

Pido un exorcismo de tu recuerdo,
tu triste memoria.

El olvido llega a mí,
y se fusiona lentamente con la indiferencia.

Un recuerdo lucha por mantenerse con vida,
pero el cruel paso del tiempo lo vuelve cenizas
las cuales ya sin fuerza alguna
desaparecen con el viento

sin rencor, ni tristeza, ni amor...

OBSESIÓN


Forma tan extraña de demostrar afecto
no has visto con anterioridad,
te espero bajo una penumbra de recuerdos.

Pensando en ti busco inspiración
y no es difícil encontrarla,
imagino tu rostro
y las palabras comienzan a brotar
evoco tu nombre “...”
y es como entrar en un sueño.

Te presentas ante mi rodeado de ilusión,
me contagias ese sentimiento,
tu esencia me droga
me transportas a otro mundo
en el que estamos solos los dos.

Pretendía de ti olvidarme,
que ingenua fui
todo me recuerda a ti
es una historia sin fin.

Te pienso, te sueño, te respiro
¿Por qué no puedo olvidarte?
¿Por qué esta obsesión?

- 76 -

He sufrido, he llorado, me desgarrado
y todo ha sido por ti
por este amor deprimente, sin sentido, verdadero...
este amor que quisiera arrancar de mi ser.

Atrapada entre la contradicción
odio y amor no son muy diferentes,
¡eres un deleite! ¡eres una tortura!
mi amante, mi enemigo.

Líbrame de esta confusión,
de este dolor de amarte.
Abrázame, que solo entre el calor de tus brazos

puedo sentirme viva.

jueves, 9 de julio de 2015

El burdel de las parafilias. C 4: Estigmatofilia y algo más


En su trabajo Liss estaba acostumbrada a observar a toda clase de esperpentos, depravados, ex convictos y mujeres tan horribles que resultaría difícil que consiguieran sexo gratuito, por lo que le pareció curioso tener a un espécimen como su interlocutor en el burdel, se trataba de un muchacho alto de veinte años con facciones delicadas y una piel tan perfecta y blanquecina como la porcelana, tenía el cabello oscuro y rizado, además de portar gafas oscuras; de inmediato ella pensó en un Jim Morrison muy joven, lo único que disminuía ligeramente su atractivo era su pronunciada delgadez.
-Bien Mattew, ¿por qué viniste al burdel? – preguntó ella con verdadero interés.


-He escuchado que son en extremo complacientes y que no conocen límites por satisfacer a sus clientes. – pronunció él con voz grave.


-Es verdad – respondió ella invitándolo a continuar.


-Estoy interesado en una joven que asiste a mi universidad, tiene varios tatuajes y perforaciones, verás, soy estigmatofílico.


-De acuerdo…aunque con tu físico no entiendo porque necesites de nuestra ayuda, somos un burdel no cupido.


-Mi interés por ella dista mucho de ser romántico y la estigmatofilia no es mi única parafilia, digamos que la otra no entra en los límites legales, así que…


-Entiendo, necesito el nombre de la chica y una fotografía, o en su defecto su cuenta de Facebook. ¿Tienes alguna otra petición?


-Quiero tener disponible una cocina bien equipada y un comedor con una mesa bastante grande, además de unos diez metros de cuerda, eso sería todo. – dicho esto le proporcionó los datos de la universitaria y Alyssa le indicó que su habitación estaría lista pronto invitándolo a esperar en la orgía o en el espectáculo del día; Matt era demasiado egocéntrico como para estar en un sitio donde él no fuera el centro de atención así que optó por la primera opción.


El larguirucho joven caminó a un costado de aquel grupo de cuerpos que se agitaban y exclamaban de placer, se sentó en un sillón cercano a observarlos sabiendo que no era necesario acercarse a ellos. De inmediato las féminas fijaron su atención en él distrayéndolas de sus lúbricos movimientos; una chica morena de cabello corto ondulado y amplias caderas se abalanzó sobre él desnudándolo y él lo permitió gustoso, otra joven con un cuerpo aniñado y facciones de muñeca japonesa que incluían unos enormes ojos grises se acercó a él besándolo y jugueteando con su rizada cabellera.


La primera chica terminó de despojarlo de su vestimenta dejando al descubierto su bien dotado miembro, al verlo la muñeca viviente se acercó a lamerlo con lascivia y su compañera hizo lo mismo, a Matt le fascinó la escena, el par de mujeres recorriendo su virilidad con sus lenguas que se cruzaban a ratos.


Harta de la situación, la morena empujó con facilidad el pequeño cuerpo de la chica de los ojos grises, se colocó sobre el atractivo joven sin evitar exclamar ligeramente de dolor cuando aquel enorme miembro la penetró por completo; la enclenque mujer ya se había levantado del piso y se disponía a atacar cuando una maid interrumpió la situación.


-Disculpe, su habitación ya está lista.


-Claro, ¿podrían estas chicas acompañarme?


-Si ellas gustan, no hay ningún problema.


Ambas chicas aceptaron gustosamente seguir a su galante amante y le proporcionaron sus seudónimos, la caderona chica morena era conocida como Velvet y Marion era la pequeña muñeca de los hermosos ojos grises. Él caminó con cada brazo en la desnuda cintura de sus guías y ellas lo condujeron hasta su habitación, la 307 y soltó por un momento a sus bellas acompañantes para abrir aquella sencilla puerta de madera blanca.


Al hacerlo se encontró con el objeto de sus más oscuros y perversos pensamientos: Clare, conocida como “la fantasma” por su lechosa piel.


Estaba ataviada como acostumbraba una ligera camiseta negra que dejaba poco a la imaginación, una cinturilla de látex, una falda corta y botas de charol con tacones de aguja gigantescos; su tersa piel mostraba tatuajes en los brazos y la espalda, y en su bello rostro estaban perforados su nariz, su labio inferior y su lengua.


Clare caminó felinamente hacia él, con tan sólo mirarla con aquella vestimenta en su voluptuoso cuerpo tatuado, él tuvo una fuerte reacción, la había deseado tanto tiempo y ahora la tenía por fin frente a él, pero, ¿accedería realmente a sus proposiciones? Y lo que era más importante ¿podría llevar a cabo su mayor fantasía?


Dio un rápido vistazo al lugar, era justamente lo que había solicitado, una amplia cocina y un comedor como el que tendría cualquier casa, además de varios metros de cuerda debajo de la mesa. La conversación con Clare fue en extremo fugaz pero deliciosa, en la universidad ella siempre lo miraba con desdén y él jamás se había atrevido a hablar con ella hasta ese momento; él le propuso compartir a aquellas chicas y ella aceptó sin meditarlo. Matt llegó a la conclusión de que debieron pagarle, costó que seguramente incluirían en su cuenta a pesar de haberle dicho que el pago no sería monetario.


Procedió a cortar un tramo largo de cuerda con un machete que encontró en la cocina y lo colgó al techo, le ató los brazos a Velvet mientras Clare extraía de su bolsa de mano una correa que le colocó a Marion y la fustigaba diciéndole que era su mascota y que sólo debía moverse a gatas; el chico procedió a atar las piernas de Velvet igualmente al techo dejándola pendiendo frente a la mesa. La fantasma hizo que su esclava subiera a la mesa y comenzara a lamer la vagina expuesta de su compañera mientras le asestaba fuertes golpes con su fuete para que aumentara la velocidad.


El falso rey lagarto entusiasmado por la escena procedió a utilizar la cavidad libre de la colgante chica morena que aulló de dolor al sentir como desvirginaban aquella zona suya con tan gigantesca erección aunque el sufrimiento pronto se tergiversó en un inmenso placer; para Mattew aquella sensación aquella sensación era apenas comparable con la excitación que le producía ver como Clare fustigaba a Marion con crueldad.


Tomó el machete con el cual había cortado la cuerda y lo dejó caer con fuerza sobre el muslo izquierdo de Velvet, la sangre salpicó a la muñeca viviente sin que ella lo notara y Velvet comenzó a gritar de dolor, tras cuatro certeros machetazos más la pierna se desprendió, procedió a realizar el mismo procedimiento con la otra pierna mientras su víctima aullaba de dolor y se retorcía intentando evitar su mutilación; cuando hubo terminado, la sádica fantasma le ordenó a su mascota que lamiera aquellos muñones, Marion se negó con asco pero luego de las terribles agresiones de Clare ya los estaba lamiendo fervorosamente.


Entusiasmado por la escena el joven procedió también a amputarle los brazos, Velvet suplicaba que la matara en lugar de dejarla vivir de aquella forma, pero él no le prestó atención, estaba demasiado fascinado con lo sencillo y placentero que resultaba manipular aquel cuerpo cercenado sobre su miembro. No obstante el patético rostro ensangrentado de Marion lo distraía demasiado.


-Clare, ¿acaso te parece correcto que la mascota esté sobre la mesa?


La voluptuosa mujer jaló la correa de la chica y su flacucho cuerpo cayó enseguida, se colocó sobre ella sosteniendo un cuchillo que había extraído de su bolsa, acercó su rostro al de la chica que destilaba terror y le lamió un ojo tras lo que le asestó una puñalada en él, retorció el cuchillo destrozando su globo ocular dejando una cuenca sanguinolenta; enloquecido por esta visión, Matt arrojó el cuerpo de Velvet y se dirigió hacia ella, la obligó a ponerse de rodillas y penetró aquella cavidad con un poco de dificultad debido al reducido espacio de ésta, sin embargo al lograrlo sintió la experiencia más placentera de su vida, aquel sitio era tan estrecho, tan tibio ¡y la sangre que manaba de él! Simplemente le pareció una delicia aumentada por la visión del bello rostro de muñeca que suplicaba por piedad mientras Clare seguía golpeándola cada vez más fuerte, aquel atractivo joven no puedo soportarlo más y descargó sus fluidos dentro de esa cuenca.


Y aún tenía frente a él a Clare, su plato fuerte, la razón que lo había conducido a aquel lugar y la musa que lo había inspirado a llevar a cabo esos barbáricos actos. Pensó por un mínimo instante en preguntarle cómo es que la habían convencido pero decidió que no había tiempo de nimiedades como esa, tendría que quedarse con la duda.


La hizo sentarse sobre la mesa, lamió su lechoso cuello y mordisqueó sus amplios hombros mientras recorría su basto cuerpo con las manos, desató con destreza su cinturilla y la despojó de su camiseta dejando expuestos sus grandes pechos de rosáceos pezones perforados, lamió uno de ellos jugueteando con aquellas puntas metálicas en él. La recostó sobre la mesa desatando velozmente sus botas y le retiró la minúscula falda encontrando un gran tatuaje en su muslo derecho, la ropa interior se la retiró lentamente gozando de aquel momento al máximo hasta que la tuvo completamente desnuda y completamente suya.


Contempló su magnífica desnudes y ella le dirigió una seductora sonrisa que se desvaneció cuando él comenzó a atarle brazos y piernas a las patas de la mesa para luego desaparecer de su vista; ella escuchó como revolvía utensilios de cocina hasta que finalmente regresó.


-¿Sabes? Tenía dudas de cómo procedería ahora, pero encontré un sartén eléctrico y eso ayuda bastante. – dijo él de pronto y colocó el sartén junto a ella.


-¿Para qué quieres un jodido sartén eléctrico?


-Nunca me ha gustado la carne cruda – respondió él con un ligero tono humorístico y repentinamente le clavó un tenedor en el seno derecho como apoyo para cortarlo con uno de los afilados cuchillos, Clare lo maldijo tanto como pudo pero era como si él no pudiera escucharla, sazonó el trozo de carne y procedió a colocarlo sobre el sartén, el aroma le resultó embriagante, y cuando hubo estado bien cocido lo vislumbró momentáneamente, con aquella perforación le resultaba aún más tentador y cuando se lo llevó a los labios sintió que estaba degustando el más excelso manjar de su existencia.


Probó luego la carne de su espléndido trasero y su rosada vagina, ambos le resultaron exquisitos y ¡ah! Los desgarradores gritos de dolor que ella exclamaba le resultaron tan magníficos como cualquier caprice de Paganini, hubiera querido deglutirla por completo como había fantaseado tantas veces, sin embargo sabía que era físicamente imposible así que decidió llevar a cabo su fantasía final.


Tomó un bote de crema batida que había encontrado en el refrigerador y lo introdujo en la garganta de Clare liberando su contenido, ésta se ahogó con la mitad de él por lo que el resto quedó acumulado en su boca, Mattew decapitó a su víctima con tres machetazos y puso aquella cabeza sobre su palpitante músculo erecto, fue indescriptiblemente delicioso, la sangre mezclada con la crema batida daban una sensación extraordinariamente placentera, además los vidriosos ojos de Clare mirándolo acrecentaban su gozo, movió frenéticamente aquella cabeza hasta que estalló de placer provocando que de la boca de Clare surgiera semen mezclado con la dulce crema.


Contempló la cabeza de aquella chica que siempre lo había mirado desdeñosamente y quiso conservarla, sin embargo le pareció inconveniente y decidió simplemente vestirse y abandonar el lugar. Bajó por el elevador y no vio rastro de la maid o Liss, pensó que si corría lo suficientemente rápido lograría escapar sin pagar la temida y desconocida cuota, pero justo antes de alcanzar la puerta sintió un pinchazo en el cuello y calló al suelo. Despertó totalmente inmóvil y con la visión ligeramente borrosa, notaba una silueta femenina moviéndose frente a él.


-¿Acaso no leíste el contrato Mattew? El precio SIEMPRE se paga – la voz le resultaba vagamente familiar, ¿Liss? Su vista estaba aclarándose poco a poco. – La droga que te inyecté te impedirá moverte, sin embargo podrás sentirlo todo.


Mattew parpadeó varias veces, era el único movimiento que podía hacer, por fin su visión se aclaró, la mujer que estaba frente a él llevaba la ropa de Clare, ¿qué clase de enferma roba la ropa de una muerta?, sin embargo él no era el indicado para juzgar algo así, aquella mujer le puso un objeto frente al rostro, un gancho como los que se usan para sostener a los cerdos decapitados en las carnicerías, dirigió su vista hacia su captora y contempló con terror que se trataba de Clare. “No puede ser, yo te maté, ¡yo te maté!” se repetía mentalmente. Ella pareció entender lo que pensaba y soltó una estridente risa.


Aquella fantasma clavó el gancho en los genitales de Matt y jaló de la cuerda que lo sostenía levantándolo varios centímetros del suelo, su escroto sangraba y como ella lo dijo, él no podía más que sentir aquel insoportable dolor y las lágrimas que brotaban de sus ojos a causa de él; maldijo una y otra vez a Clare mentalmente, suplicó y rogó a un Dios del que siempre había renegado que lo salvara de aquel terrible sufrimiento, pero éste simplemente se volvió peor, pues Clare comenzó a desollar su rostro y su cuero cabelludo; ella le llevó un espejo y él quiso evitar aquella visión horrible, sin embargo ya no poseía párpados y tuvo que observar como su belleza se había desvanecido dejándolo como un adefesio rojizo y desagradable; por fin pudo mover los labios y formuló una sola palabra:


-¡Bájame!


Su torturadora sonrió perversamente, alzó lentamente un largo cuchillo y le cortó de tajo los genitales, Mattew cayó fuertemente al piso y miró con horror su virilidad aún colgada del gancho, gritó hasta quedar ronco.










Mattew se despertó con su propio grito, asustado palpó su entrepierna, todo seguía en su lugar, corrió hacia el espejo del baño, su bella piel se mantenía sobre su cráneo. Miró el reloj, una vez más se le había hecho tarde para llegar a la escuela. Tomó sus cosas de prisa y corrió hacia la universidad que estaba bastante cerca de su departamento. A pocos pasos de llegar a su salón sintió una mano en su hombro, volteó y se encontró de frente con Clare, no pudo contener una reacción de miedo al recordar su terrible “sueño”.


-Disculpa, se te cayó esto. – le dijo ella entregándole una pequeña tarjeta blanca y se fue. Mattew la miró y casi la deja caer cuando la leyó “El burdel de las parafilias”. Le gritó a Clare, quería hablar con ella sobre lo que había sucedido, sin embargo ella sólo le guiñó un ojo y se llevó el dedo índice a los labios, él entendió la señal, nunca hablarían de aquel asunto.



Muñecas


-No creo que deberías hacer eso –le dijo su mejor amiga, Esther, mientras desmembraba una vieja muñeca.
-Quiero demostrarte que es sólo una estúpida muñeca, todo este museo es una estupidez. ¡Muñecas poseídas! ¿Y qué va a hacerme además de mirarme con esos horribles ojos de canica? –pronunció Nancy mientras buscaba a su nueva víctima. Tomó a una muñeca de trapo y le quemó el rostro con un encendedor, un chillido la asustó y por un milisegundo se creyó el asunto de las muñecas malditas hasta que notó que lo que había producido el ruido era su amiga al ver una rata-. Te lo dije, todo es una farsa, ahora vámonos de aquí antes de que aparezca el vigilante.
Salieron del museo tan fácilmente como habían entrado, debido al miedo que les inspiraba a las personas “El museo de muñecas malditas”, la seguridad no era un asunto de importancia. Nancy volvió a su casa y se quedó dormida en cuanto su cabeza tocó su almohada.
Se despertó al escuchar pasos en su habitación, pero al intentar levantarse para investigar notó que no podía moverse, abrió los ojos y lo que vio le dio escalofríos, estaba completamente rodeada por las horrendas muñecas del museo.
-¡Muy graciosa, Esther! Poner estos vejestorios en mi cama no me convencerá de nada.
Sin embargo nadie le respondió, volvió a intentar moverse y se dio cuenta de que estaba atada, para su horror, aquellas muñecas comenzaron a moverse sin que hubiera una explicación lógica para ello. Retiraron las cobijas que la cubrían, mostrando que efectivamente estaba amarrada y que ahora portaba un largo vestido victoriano como el de la muñeca a la que le había arrancado las piernas.
Como si la hubiera invocado, ésta apareció sosteniendo unas largas pestañas postizas entre sus manos de porcelana, se arrastró hasta el rostro de Nancy y colocó sobre sus ojos las pestañas, otra de las muñecas las engrapó en sus párpados haciéndola gritar.
Las muñecas se miraron entre sí y movieron sus cabezas en un gesto de negación, dos de ellas aparecieron con tijeras que lucían gigantes en sus manos y las clavaron frenéticamente en los globos oculares de Nancy, una y otra vez mientras ella no paraba de maldecir y retorcerse. Cuando los hubieron destrozado por completo introdujeron en las cavidades unos hermosos ojos de muñeca y se miraron satisfechas.
Nancy despertó nuevamente, esta vez de verdad, el horrible sueño la había dejado helada, pero jamás lo admitiría frente a Esther, después de todo, la pesadilla no probaba nada. Esas muñecas no tenían poder alguno. Intentó levantarse de su cama pero tal como en su sueño no podía hacerlo…sin embargo esta vez era diferente, no sentía ataduras, no sentía absolutamente nada, era como si su cuerpo estuviera entumido.
Lo que apareció en la habitación no fueron muñecas, sino algo peor, un sujeto velludo y gordo que se acercaba a ella con un gesto lujurioso. Se colocó sobre ella y tocó sus pechos bruscamente para luego lamer sus pezones como un perro sediento, a pesar de la inmovilidad podía sentirlo todo y tan sólo quería huir de ahí. El desagradable hombre se desnudó y se sentó sobre sus hombros mostrándole una visión en primer plano de su escroto y acercando a su rostro un falo negruzco y flácido.

Nancy trató con todas sus fuerzas de huir de aquél sitio, de quitarse al obeso de encima, pero lo único que consiguió fue evadir aquella visión y mirar hacia el techo, ahí se encontraba un espejo y pudo mirar con horror que se había convertido en una muñeca, una de las que más odiaba, una muñeca inflable.
¿No es fascinante como una persona que luce completamente cuerda, lúcida y confiable resulta ser un asesino serial consumado? A pesar de su aspecto exterior nosotros no conocemos lo que puede estar sucediendo en su mente. Un par de buenos ejemplos son el carismático payaso Pogo o el atractivo Ted Bundy.
Es igualmente interesante como alguien que jamás ha matado ni a un insecto puede levantarse una mañana y mutilar a toda su familia, al igual que la “Hiena de Querétaro”.
Hay personas que viven con un profundo instinto asesino y no me refiero a aquellos otakus que miran lindas chicas destazando cuerpos de ficción con sangre infinita pero que se desmayan al primer sangrado de nariz. No, hablo de aquellos que luchan día a día con el impulso casi erótico de matar a quien se les ponga enfrente, de aquellos que empuñan un arma y se contienen apenas a tiempo por causas morales o de simple supervivencia.
¿Han pensado en cuantas veces algún amigo o familiar habrá fantaseado con tu muerte? Y no sólo la trillada frase “¡Te voy a matar!”, si no realmente imaginado la escena con el arma, el lugar indicado, y por supuesto como se deshará del cuerpo después. Quizá ahora mismo tu mejor amigo o tu hermano pequeño meditan si es más conveniente usar una cuerda o empujarte de las escaleras.

Querido Santa: quiero una hermanita


La familia Smith estaba particularmente feliz en la víspera de navidad pues esperaban a un nuevo miembro de la familia, si bien ya contaban con un pequeño de 5 años, la señora Smith siempre había anhelado tener una niña. El pequeño David también estaba entusiasmado con la idea de convertirse en hermano mayor y enseñarle a su hermanita todo lo que debía saber acerca del mundo.
Trágicamente sus sueños se vieron truncados cuando justo la mañana del 24 de diciembre la señora Smith sufrió un aborto espontáneo. Ella había quedado visiblemente trastornada por el hecho, con la mirada perdida y sin responder del todo coherentemente a lo que se le preguntaba, sin embargo su esposo no quiso dejarla en el hospital así que la llevó a casa para cenar en familia y dejar listos los regalos para su pequeño hijo.
Cuando a David le anunciaron que ya no tendría una hermanita se entristeció demasiado y le preguntó a su papá si le podía pedir a Santa que le devolviera a su hermanita aunque no volviera a recibir otro juguete en su vida, el señor Smith se enterneció pero le respondió con la verdad; entonces David se enfureció y afirmó que no quería volver a saber nada de él ni de la navidad tras lo que corrió a su habitación.
Al día siguiente el árbol estaba repleto de regalos para David que él se rehusaba a abrir aún ante la insistencia de su padre. La señora Smith se acercó a su pequeño con un gesto desquiciado y le dio una caja de tamaño mediano que su padre no recordaba haber envuelto con ella.
-Este regalo te gustará, ábrelo – le dijo más como una orden que como una invitación, el niño obedeció asustado e hipnotizado por esos ojos inhumanamente abiertos y luego soltó un chillido agudo al mismo tiempo que arrojó la caja al piso dejando caer su contenido: un feto rojizo aún ensangrentado y con restos de placenta que portaba un gorro rosa tejido.