Leonel había escuchado rumores acerca de un
burdel clandestino en el centro de la ciudad, decían que en ese lugar se
llevaban a cabo toda clase de perversiones, desde BDSM hasta canibalismo,
zoofilia, coprofilia, incluso necrofilia, claro que el costo variaba de acuerdo
a la perversión deseada.
Él siempre había sido un pedófilo en secreto, se paseaba
constantemente fuera de las primarias observando con lascivia a las pequeñas
niñas en sus uniformes escolares imaginando sus poco desarrollados cuerpos bajo
ellos, deseaba tanto poseerlas como matarlas a golpes, pero por supuesto
aquello era ilegal. La Deep Web era un paraíso para él, miles de fotos de
pequeñas niñas desnudas realizando actos sexuales y algunas incluso siendo
maltratadas, todas clasificadas por edades, sus preferidas eran las de siete
años pues consideraba que dejaban de parecer bebés para empezar a tener un poco
de femineidad.
Así pasaba sus solitarias tardes, masturbándose con aquellas
pequeñas sin nombre, deseando poder realizar su fantasía pero controlándose al
saber que terminaría en prisión. Por ello, en cuanto escuchó sobre aquél burdel
sus ojos se iluminaron, ahorraría hasta el cansancio, no le importaba cual
fuera el precio, quería poseer una de esas lolitas.
Cuando por fin juntó una suma considerable de dinero acudió a
la dirección que le había sido indicada, era un viejo edificio que lucía
abandonado, en la entrada estaba una anciana pidiendo limosna con una niña de
aproximadamente cuatro años, sucia y harapienta, “Espero que esa no sea la
clase de niñas que hay dentro”, pensó él. Le habían dicho que le preguntara a
la señora por “Liss” y así lo hizo.
-Le puedo
decir dónde encontrarla pero... ¿está seguro de querer verla?
Leonel respondió afirmativamente y tras darle un par de
billetes a la anciana, ésta le señaló una puerta en el interior del edificio,
él percibió un extraño aroma que le recordó su visita a alguna mina pero lo
ignoró y siguió caminando hasta la puerta, detrás de ella había unas escaleras
descendentes de las
que provenía música y luces danzantes, tal parecía que estaba en el lugar
indicado.
Al final de las escaleras había una larga estancia en la que
se estaba realizando una orgía, eran al menos veinte personas teniendo sexo
simultáneamente, todos poseían cuerpos hermosos y tentadores, observó en
particular a las mujeres de piel que parecía cincelada por Miguel Ángel, de
largas cabelleras rubias, castañas, pelirrojas, delgadas y con curvas pero
todas ellas de una excepcional belleza, sin embargo dentro de toda la bacanal
no había una sola niña y esto le decepcionó bastante.
-¿Quieres
unirte? - le preguntó una mujer de largo cabello castaño y ropa formal pero
provocativa. Leonel rechazó la propuesta y averiguó que aquella mujer era
“Liss”, le dijo lo que deseaba y ella le pidió que la siguiera hasta su
oficina. Ahí ella rebuscó entre una larga biblioteca y extrajo una carpeta azul
que le entregó.
-Éste es
nuestro catálogo de niñas de entre 6 y 9 años, están ordenadas por fecha de
nacimiento, avíseme cuando encuentre alguna de su agrado.
Leonel pasó aquellas hojas, tenían varias fotografías de
cuerpo completo y debajo de ellas su nombre y algunos datos: “Le gusta morder,
buena para trabajos manuales, muda, sin dientes...” ninguna le llamaba del todo
la atención hasta que vio una fotografía que resaltaba entre las demás, una
hermosa pelirroja de ojos color miel “Haley R.: tímida, recién llegada, sin
usar”, rozó ligeramente la fotografía con el dedo índice, supo que era la correcta
y así se lo dijo a la mujer.
-Perfecto,
¿y será desechable?
-¿Disculpe?
-Me refiero a que sí no podremos ocuparla después, ¿piensa cercenarla o comerla?
-Ah, claro, será desechable.
-Me refiero a que sí no podremos ocuparla después, ¿piensa cercenarla o comerla?
-Ah, claro, será desechable.
-En eso
caso ¿quiere algunas herramientas en la habitación?
-Sí, eso
estaría bien.
-Perfecto
y ¿gusta algún escenario en especial? ¿Un confesionario, un manicomio, un salón
de clases?
-El salón
de clases – dijo él inmediatamente.
-Entonces
supongo que le gustaría que la niña llevara un uniforme escolar.
-Sería
excelente.
-Es usted
demasiado predecible, pero me parece bien, la habitación estará lista en una
hora, mientras puede unirse a la orgía en la estancia.
Leonel regresó a contemplar la maraña de cuerpos, eran
diferentes participantes pero igual de bellos que los primeros, se sentó en una
sillón a observar aquella actividad, supuso que se le cobraría más si
participaba así que se contuvo, aunque en realidad aún no había preguntado cuál
sería el precio pero no le importó, tenía suficiente dinero como para pagar una
casa.
Una hermosa joven desnuda se acercó a él con una charola
repleta de rollos de sushi y unas cuantas copas de lo que parecía vino.
-Son...
¿humanos? - preguntó nervioso creyendo que aquella chica se reiría de él.
-Sólo la
mitad de la derecha, tenemos algunos clientes quisquillosos.
-¿Y
exactamente de qué son?
-Los
california tienen pezón, los filadelfia tienen vagina y los tampico corazón, de
beber tengo sangre A+, O+ y vino espumoso, ¿gusta algo? - Leonel pidió un poco
de todo y le preguntó a la mujer si unirse a la orgía tendría un costo
adicional.
-Oh no se
preocupe, ya es demasiado lo que cobramos por su fantasía como para cobrar
extras.
-¿Y si no
me alcanza para pagarles?
-Siempre
se cumplen los pagos – dijo ella apenas conteniendo una sonrisa perversa.
Él mordisqueó su sushi de pezón y jugueteó con él en su
lengua, eso le excitó bastante, miró hacia la masa de cuerpos frente a él, una
bella mujer pelirrosa con una perforación en la lengua le realizaba un
cunilingus a una chica tatuada y lo miraba incitadoramente, él no pudo
contenerse más y se quitó los pantalones exponiendo una gran erección que de
inmediato la introdujo en la vagina de la mujer perforada, ella gimió de placer
y comenzó a lamer más rápidamente a su compañera que comenzó a gritar
histéricamente que quería ser devorada, un hombre se acercó a ella pero Leonel
estaba muy distraído como para notarlo, escuchó algunos gritos pero no le
importó hasta que fue salpicado de un líquido, abrió los ojos y se dio cuenta
de que entre la pelirrosa y un hombre se habían comido la vagina y el rostro de
la tatuada, esto le sorprendió un poco pero lo excitó más y terminó eyaculando
dentro de la pelirrosa, así que se retiró de la orgía mientras los demás
continuaban aún con aquel cadáver entre ellos.
Tras unos quince minutos apareció de nuevo Liss.
-Su habitación
está lista, es la 302 – dijo ella y le entregó su llave.
-Disculpe...aún
no hemos hablado de cuanto me costará esto.
-Lo
trataremos después de que termine, usted sólo disfrute la experiencia.
Tomó el elevador y llegó al tercer piso, el lugar no se veía
distinto de cualquier hotel, buscó el cuarto 302 y abrió la puerta nervioso.
La
habitación era una réplica exacta de un salón de clases, estaba el pizarrón, el
escritorio del profesor y unas diez bancas ordenadas, además de las
herramientas que le habían prometido. En la primera fila estaba su ángel uniformado “Haley”, era mucho más bella en persona, su
piel parecía de porcelana, cerró la puerta con seguro y se acercó a ella, era
tan perfecta y por fin era suya, no podía esperar, su pene reaccionó con tan
sólo verla.
Se puso en cuclillas frente a ella y la besó, la boca
inexperta de la niña apenas se movía mientras él introducía su lengua por su
garganta, su mano se deslizaba por sus delgados muslos y rápidamente la despojó
de su ropa interior. Colocó a la niña en el suelo y le abrió las piernas
comprobando que aún era virgen, observando su inmaculada y rosácea vagina no
pudo evitar lamerla como loco pero sin penetrarla, miró el rostro de la niña
que cerraba fuertemente los ojos, la tomó de la cabeza y le ordenó que lo
mirara, ella obedeció, entonces él la desvirginó bruscamente, la expresión en
su rostro valdría cualquier precio, ¡CUALQUIERA!
La pequeña comenzó a sollozar y lágrimas brotaron por sus
delicadas mejillas, Leonel se excitaba cada vez más, abofeteó a la niña
fuertemente hasta que su rostro tuvo un tono rojizo, luego tomó un martillo y
comenzó a clavarle la parte posterior en el rostro y el pecho mientras la
penetraba más y más rápidamente hasta que no pudo más y se corrió en el rostro desecho
de la niña.
Después de eso no le importaba cuanto la cobrarían, podía dar
su casa, su auto, se podían llevar hasta a su madre y no le importaría. Salió
de aquella habitación bañado de sangre y con un enorme gesto de satisfacción
encontrándose de nuevo con Liss.
-Veo que
ha quedado conforme.
-Bastante
y estoy listo para pagar, valió totalmente la pena.
-Me
alegra oír eso ya que el precio es un poco más elevado de lo que piensa.
-Bueno, he ahorrado suficiente para esto, ¿cuánto será? ¿Veinte mil? ¿Treinta mil?
-Bueno, he ahorrado suficiente para esto, ¿cuánto será? ¿Veinte mil? ¿Treinta mil?
-No
señor, no nos interesa su dinero.
-¿Entonces
cómo voy a pagarle?
-Bueno,
digamos que será proporcional a su placer...-dijo ella antes de conducirlo a
otra habitación sin número.
Le ató los brazos a unas esposas que colgaban del techo y las
piernas con otras que estaban en el suelo. Leonel pensó que un negro de dos
metros podría violarlo y aun así habría valido la pena pero lo que apareció en
aquel cuarto fueron 6 niñas, todas pelirrojas y no mayores de 8 años, pensó que
estaba en el paraíso hasta que las niñas comenzaron a rodearlo y de pronto lo
mordieron vorazmente arrancándole la piel de brazos, abdomen y piernas, tras lo
cual salieron corriendo.
Nunca había sentido un dolor similar, el cuerpo le ardía
terriblemente y no dejaba de sangrar.
-¡Ya
pagué el precio! ¿Contentos? ¡Déjenme salir! - gritó histérico intentando
liberarse de las esposas, sin embargo sólo apareció una pequeña niña de nuevo,
se parecía demasiado a Haley pero no podía ser, Haley estaba muerta.
Ella presionó un botón y él pudo escuchar un ruido similar a
un taladro que provenía de debajo de sus piernas, el sonido se fue acercando
hasta que él pudo sentir como en efecto, un taladro comenzaba a empalarlo
lentamente.
-¡Detente!
¡Ya lo entendí, no volveré a hacerlo! ¡Me alejaré de las niñas pequeñas! - le
gritó a la niña que sonreía maliciosamente sin dejar de presionar el botón.
El taladro seguía avanzando a través de los órganos de Leonel
causándole un terrible dolor como el que jamás hubiera imaginado, comenzó a sangrar
por la boca y a convulsionarse, el sufrimiento era insoportable y sólo deseaba
morir, finalmente el taladro salió por su boca con rastros de intestino
deshecho y sólo entonces él quedó inconsciente.
Al día siguiente Leonel despertó en su cama sobresaltado y
con un terrible dolor en el abdomen, “todo fue un sueño, un terrible sueño”
pensó él hasta que sintió cierta humedad en su cobija, estaba llena de sangre,
miró su abdomen y aún conservaba algunas de las mordidas hechas por aquellas
niñas y en su buró estaba una tarjeta de presentación:
“El burdel de las parafilias. Vuelva pronto”
https://monpetitcc.mercadoshops.com.mx/MLM-638955910-libro-fisico-original-el-burdel-de-las-parafilias-ilustrado-_JM
ahhh hace tanto que no leía BdP, es tan nostálgico :')
ResponderEliminarmmm para relamerse de gusto ...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho,buena manera de atrparnos
ResponderEliminarTodo en esta vida tiene un precio, estás dispuesto a pagarlo ?
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