Envenenada manzana de la discordia,
Hematófaga Helena
de Troya,
Exquisita droga
que corrompe al
alma más pura
aquella que no
deseaba
y que jamás debí
probar.
Te adentraste en
mis venas
Apoderándote de
cada latido, te adueñaste de mi mente
Siendo mi
perdición.
Tan sereno, tan
angelical,
Con tu supuesta
filosofía,
Palabras que se
enredan en tu lengua
Y que ni tu estás
seguro de comprender.
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