¿Sádica? ¿Es que
realmente lo soy?,
lo has dicho tantas
veces
y no comprendo por
qué.
¿Será porque disfruto
tu cara de terror?
¿Es porque me encanta
sentirte indefenso?
¿O tan sólo porque el
sabor de tu sangre
es el mejor que he
probado?
Amor mío,
¡a eso no se le puede
llamar sadismo!
Es la pasión y el
desenfreno
que tu provocas en
mí.
Yo no diría sádica,
sólo soy una loca
enamorada
que tu corazón
cautivó.
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